¡MASTÚRBATE SIN MIEDO! APRENDE A CONOCER TU CUERPO

La masturbación es totalmente natural y no tiene por qué ser vergonzosa bajo ningún concepto. Sin embargo, al ser una actividad tan íntima nos solemos cortar a la hora de hablar de ello.

Masturbarse es normal y puede ser una manera sana de aprender sobre tu cuerpo. De hecho, es la manera más segura de sentir placer sexual ya que no hay riesgo de embarazo o ETS.

Los expertos explican que la masturbación es una práctica natural y sana en ambos sexos, aunque sigue siendo un tema del que se habla en voz baja. Existe la “fama” de los hombres se masturban con más frecuencia que las mujeres.

Lo que si es cierto, es que existen muchos mitos y falta de información sobre el tema, mientras que para unos nunca es suficiente (no importa cuántas veces se haga), para otros, la masturbación trae problemas con sus parejas porque estas creen que quizás lo hagan porque no están satisfechos en la cama.

Quizá la masturbación sea un tabú en tu vida, o que pienses que de tanto hacerlo se te va a dificultar disfrutar de una relación sexual con tu pareja.

Lo cierto es que aunque la práctica haga al maestro, en este caso, la teoría también puede ayudarte a conocer más sobre la masturbación, sus ventajas y sus desventajas.

Por eso, si te interesa, presta atención. Es posible que aprendas aspectos acerca de la masturbación que no conocías:

1. Lubricantes

Es muy popular pero su eficacia y sus niveles de placer son tan altos que debemos incluirla en la lista para animar a aquellos que aún no hayan probado. Por supuesto, es una técnica mixta puesto que vale tanto para la masturbación femenina como masculina, ya que también se puede untar el pene en algún aceite esencial o producto similar. En la medida de lo posible, es muy recomendable usar productos naturales, sin componentes químicos.

2. Presión testículos

Una de las técnicas de masturbación masculina más interesantes. Hay que combinar el movimiento del pene habitual con caricias y presiones sobre los testículos. De hecho, la forma más placentera suele ser presionarlos justo antes del clímax. Ya verás como las sensaciones son nuevas.

3. Combinar con penetración anal de un dedo

Esta técnica es también válida para ambos sexos, si bien suele ser más placentera en los hombres puesto que su punto G está en el ano. Es también interesante que la mujer la conozca porque puede aplicarla en las relaciones de pareja.

4. Chorro de la ducha

Una de las técnicas de masturbación femenina más placentera y más sencilla, y además muy erótica. Provoca una sensación muy diferente, gustosa para la mayoría de mujeres. El chorro de agua encima te permite experimentar con potencias distintas para ir variando las sensaciones.

5. Retrasar el orgasmo

Otra de las técnicas masculinas más eficaces. La variación de ritmos es fantástica en la masturbación de ambos sexos, pero en el hombre es fantástico retrasar el momento final. Eso sí, debes tener mucha fuerza de voluntad para dejar de masturbarte justo en el momento en el que sabes que vas a eyacular para luego volver a acelerar.

6. Sin contacto directo

Hay telas y tejidos específicos fantásticos para la masturbación. La seda por ejemplo es uno de ellos. Ponla por encima de tu sexo y mastúrbate sobre ella, sin tocar directamente con la piel. La sobrecarga de sensaciones provocadas también por el extra de erotismo te sorprenderá.

7. Cambios térmicos

Es una técnica que puede aplicarse también a ambos sexos aunque es más sencilla de realizar en los hombres. La masturbación debe ser la normal, y en un momento de máxima temperatura, cerca del orgasmo, utiliza la otra mano para frotar tu miembro con unos cubitos de hielo hasta alcanzar el clímax. Es una técnica que no deja indiferente.

8. Masturbación boca abajo

Terminamos con una técnica femenina cuyas experiencias son muy distintas a las habituales por la postura que adoptas. Colócate bocabajo en la cama, con los bracos en los costados, la cabeza girada para un lado y las rodillas flexionadas para que puedas contactar con el clítoris por debajo. Un extra puede ser el hecho de utilizar la almohada, que siempre aporta un plus de erotismo a la situación.