Hasta hace pocos meses era una voz reconocida y respetada en la radiotelevisión chilena. La periodista Beatriz Sánchez, candidata presidencial por el Frente Amplio, una agrupación de izquierda radical, dio la sorpresa en la elección presidencial de este domingo en Chile.
Ningún sondeo previó este resultado que catapulta a Beatriz Sánchez como un personaje ineludible en el nuevo paisaje de la política chilena.
Tras una irrupción con fuerza en marzo en la carrera presidencial, en las últimas semanas algunos la daban prácticamente por muerta en el plano electoral. Lejos estuvo de ello.
Su candidatura aglutina, entre otros, a los antiguos líderes de las protestas estudiantiles, que la animaron a saltar a la arena política con el cometido de atraer a los críticos de la política tradicional -en su mayoría jóvenes – y a los desencantados de la izquierda que apuntaló al gobierno de la socialista Michelle Bachelet.
A los 46 años, esta madre de tres hijos se presentó como un «puente entre los movimientos sociales» y la política.
«Me hace mucha ilusión un país donde cualquiera puede llegar a ser presidente y que eso no dependa del dinero que se tiene, del colegio donde se estudió o del apellido», dijo al lanzar su candidatura presidencial.
– Rabia y miedo –
En su carrera como periodista, Sánchez arremetió contra la corrupción en un país que trata de sacudirse el legado del dictador Augusto Pinochet (1973-1990) y el compadreo político-económico de una élite que se sabía intocable.
Inquisidora con sus entrevistados, pero a la vez amable y cercana, vivió la campaña como una misión para contribuir al cambio político en Chile.
Fue sin duda la más risueña y la que más abrazos repartió de los ocho candidatos que pelearon la presidencia de Chile en esta primera vuelta.
Un entusiasmo con el que intentó convencer a un electorado apático y que en los últimos 27 años apoyó mayoritariamente a la coalición oficialista de centro-izquierda, con un paréntesis en el que gobernó Sebastián Piñera, un antipinochetista de derecha que este domingo resultó el candidato más votado y estará presente en la segunda vuelta, el 17 de diciembre.
«Si no hacemos un cambio, si no hacemos una reflexión este país se está llenando de rabia y de miedo», advirtió en una reciente entrevista con la AFP.
Abiertamente feminista, Beatriz Sáchez está a favor del derecho a un aborto libre y seguro para todas las mujeres, del matrimonio igualitario, de un mayor papel del Estado en la educación y la salud, y de la supresión de las Administradoras de Fondos de Pensiones en beneficio de un sistema estatal de jubilaciones.
– Madre precoz –
Proveniente de una familia de brillantes académicos, un temprano embarazo a los 19 años, cuando estudiaba, puso en peligro sus planes universitarios, pero tras pensar en un aborto -según ella misma confesó- decidió seguir adelante y criar a su hijo junto a su compañero, el también periodista Pablo Aravena, su marido por 28 años, editor de deportes del diario El Mercurio. Ahora son padres de tres hijos.
Después de casi dos décadas como reportera radial, en 2011 dio el salto a la televisión, no sin muchas reticencias, para conducir un noticiero, que mantuvo en paralelo a su trabajo en la radio.
Según ha dicho, sus aprensiones venían del lado físico: «No tengo cuerpo de TV», afirmó en esa época. En 2014 recibió sin embargo el premio a la mejor periodista de televisión y este medio resultó ser finalmente su gran vitrina.
Ahora, respaldada por los 1,2 millones de votos que ha recibido, jugará un papel clave en las negociaciones para apoyar a su excolega, el también periodista y actual senador Alejandro Guillier, que en menos de un mes se medirá en el balotaje con Sebastián Piñera
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referencia AFP