Tras hacer el recorrido en la ruta 8, desde Terminal Norte hasta la estación Guatoque-Veraguas, el tiempo máximo de espera de los usuarios pasó de 15 a siete minutos.
Una semana cumplen los cambios de las rutas fáciles de Transmilenio. Desaparecieron las líneas B1, F1, D3, H3, C4, H4, B5, G5, K6 y J6 y entraron a funcionar las rutas 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7 y 8. Según el Distrito, la decisión mejoraría el sistema, pues los servicios serían más rápidos y optimizarían las frecuencias. Para probarlo, analizamos una de las nuevas rutas, en hora pico y hora valle.
El servicio elegido fue la ruta 8 (comienza en la Terminal del Norte y va hasta la estación Guatoque, en Los Mártires), que recorre las dos troncales con mayor demanda de pasajeros: la Autopista Norte y la Avenida Caracas. Desde las 7:00 a.m. hasta el mediodía recorrimos varias estaciones y después realizamos el recorrido completo, para conocer su duración y sus dinámicas de portal a estación.
La conclusión es que la frecuencia ha mejorado. Antes, la tradicional F1 podría tardar hasta 15 minutos en llegar a una estación. Ahora la máxima espera es de 7 minutos. En promedio, Transmilenio envía cada 3,5 minutos un bus, es decir, cada hora arriban entre 17 y 18 articulados a una estación, lo que indica que hay oferta constante, aunque no todas con un intervalo regular. La razón: factores externos, como accidentes, trancones o congestiones en las estaciones. A pesar de esto, las personas dicen no sentir las mejoras y que solo se trató de un cambio de nomenclatura, pues consideran que las rutas siguen llenas y tardando mucho.
Otra conclusión del ejercicio es que Transmilenio debe mejorar la información en sus pantallas, pues las frecuencias que anuncian no coinciden con las llegadas de los buses. Asimismo, es necesario reforzar la campaña de pedagogía, pues muchos usuarios siguen perdidos y en las estaciones hay uno o dos encargados de esta tarea, pero no se acercan a las personas a explicarles el cambio. Esta es la bitácora de una mañana en Transmilenio en el servicio 8:
Jueves 23
7:00 a.m. a 8:00 a.m.Estación Calle 100 – sentido norte-sur
La Calle 100 es una estación con gran flujo de usuarios al día. No sólo por su ubicación, sino porque allí se realizan varios trasbordos. A las 7:00 a.m. está atiborrada. Hay extensas filas y en la estación los usuarios caminan acelerados. Los ciudadanos salen como proyectiles de los articulados a los que “no le cabe ni un arroz parado”, como asegura una mujer, mientras se peina y acomoda su ropa antes de seguir su recorrido. Desde las 7:30 a.m. hasta las 8:00 a.m. pasan nueve buses, todos llenos, aunque sin una consistencia en los tiempos: uno llega a los siete minutos, otro un minuto después, el siguiente en cuatro… Eso provoca desesperación en los usuarios, quienes ingresan acelerados al primer articulado que llega, a pesar de que está repleto, sin tener en cuenta que pronto llegará otro servicio. En medio de ese trajín, una mujer comenta que el cambio la perjudicó. Usaba las rutas fáciles para ir de portal a portal: “Ahora me toca tomar dos y hasta tres rutas fáciles para llegar. No me voy en las otras porque son muy llenas”. Reconoce que no planea su viaje, a pesar de que su hijo le descargó la aplicación para planear recorridos.
En cuanto a la pedagogía, en la estación de tres vagones sólo se encuentran dos mujeres. Estaban en la parte central con un letrero. Los usuarios eran quienes se acercaban para solicitar información. No repartían los volantes ni se acercaban a las personas para explicar cómo operan las nuevas rutas.
8:45 a.m. a 9:12 a.m. Estación Prado – sentido norte-sur
Pasamos a la estación Prado, que no tiene tanta afluencia. En 28 minutos arribaron ocho articulados, cifra similar a la de la Calle 100 en hora pico. Tampoco hay regularidad en los tiempos de llegada. El primer bus tardó siete minutos en aparecer. Los últimos tres, pasaron en menos de un minuto y medio. A diferencia de la primera hora, los buses viajaban sin tantos pasajeros. En este punto descubrimos que la incertidumbre de los ciudadanos por no saber sobre las frecuencias de los buses radica en que la información de los tableros no es precisa.
9:30 a 10:30 a.m.Recorrido completo del servicio 8
A las 9:30 a.m. iniciamos el recorrido completo de la ruta 8, desde la estación Terminal hasta Guatoque-Veraguas.En el Portal Norte el articulado se llena hasta la Calle 100, donde disminuye la aglomeración. En la Caracas con calle 45 los pocos pasajeros vamos sentados. En general, no se presentaron inconvenientes. Por eso, durante el trayecto escuchamos las percepciones de los cambios de las rutas fáciles. Un usuario dice que siempre le ha ido bien con estos servicios y que hasta ahora no ha percibido mejoras en las frecuencias. Eso sí, aclara que el servicio puede mejorar y que Transmilenio se quedó corto para una ciudad de ocho millones de habitantes. Exige el metro.
Una usuaria señala que el servicio 8 llegó más rápido que el tradicional F1, que tardaba hasta 15 minutos. Apoya las transformaciones y agrega que innovar es la única opción que tiene Transmilenio mientras se expande. Cree que los cambios en la nomenclatura ayudan a la gente a ubicarse más fácilmente, sobre todo a los extranjeros que no conocen el sistema.
Al final del recorrido nos sentamos junto al conductor para preguntar si le han beneficiado los cambios. Responde, tímidamente, que ha habido una reducción entre 20 y 30 minutos en comparación con la F1. Sin embargo, siente que la congestión en los carriles exclusivos continúa.
Nota: aunque no es un asunto prioritario en el análisis, inquieta que en los 60 minutos del recorrido se subieron a vender y pedir dinero siete personas. Músicos, adultos mayores, vendedores son los principales visitantes de los articulados.
11:40 a.m. a mediodíaEstación Calle 72 – sentido sur-norte
Cuando acabamos nuestro trayecto, decidimos visitar la estación Calle 72, también muy concurrida. Los ocho articulados que en las otras estaciones pasaban en media hora, en este punto transitaron en 20 minutos. La frecuencia disminuyó a 2,5 minutos. ¿La razón?: un accidente en la calle 39 provocó un trancón de 10 minutos que represó los articulados. Una vez se dio vía libre, las frecuencias se acortaron y el máximo tiempo de espera era de solo cinco minutos.
Rutas fáciles siguen ajustándose: Transmilenio
Transmilenio asegura que los resultados de la primera semana fueron satisfactorios: “Se estima que en hora pico cerca de 30.000 usuarios han utilizado estos servicios. Transmilenio dispone de 200 buses rutas fáciles que circulan cada hora por las 8 troncales del sistema para cubrir esta demanda. Cada bus articulado tiene capacidad para 160 pasajeros”.
Gustavo García, subgerente de Transmilenio, señala que han disminuido entre 4 y 7 minutos las frecuencias, la meta que se trazaron desde que formularon el cambio. Antes, de acuerdo con los controles de la entidad, podrían tardar hasta 15 minutos. Eso se debe, según García, a que disminuyó la duración de sus recorridos. Ahora tardan 60 minutos haciendo un trayecto, cuando antiguamente demoraban 90 y 120 minutos. “Ganamos media hora, lo que nos permite que los articulados hagan más ciclos”.
Ratifica que no han podido mantener la frecuencia y por eso varían los tiempos de llegadas de lo buses a las estaciones. El funcionario agrega que todavía se encuentran realizando ajustes. En lo corrido de la semana han recibido 57 peticiones de usuarios por medio de la línea 195, que tienen que ver con aumento de transbordos para llegar a sus destinos, frecuencias de los servicios y desconexión de Suba con la Caracas.
Las primeras modificaciones se realizarán en las rutas 8 y 5, que presentaron una mayor demanda y problemas en la frecuencia. Según el monitoreo, la ruta 8 moviliza cerca de 4.500 usuarios en hora pico. “Por esta razón se determinó enviar más flota para el cubrimiento de este servicio”.
También contemplan la posibilidad de cambiar algunas rutas expresas para que se articulen mejor con las rutas fáciles: “Ese es el caso del servicio H17 (Portal Suba-Portal Usme), que desde el 20 de junio adelantó media hora el inicio de su operación en los días hábiles, con el fin de mejorar las conexiones de rutas las fáciles 3-6-7-8”.
No le preocupa aún que las personas no sientan el cambio, pues considera que es paulatino: «Somos conscientes de que no prestamos un buen servicio y la idea es que, con estos hechos, recuperemos su confianza. Vamos paso a paso».
Ante la queja de la falta de iniciativa pedagógica, el subgerente de Transmilenio señala que la campaña se extenderá hasta el 4 de julio e intentarán que los 524 funcionarios del Distrito, 188 de Transmilenio y 298 guías Idipron se acerquen más a los ciudadanos. Siguen recibiendo sugerencias y le pide a los usuarios tener paciencia, pues la entidad también está aprendiendo con este nuevo cambio: “Poco a poco estamos mejorando en las fallas y esperamos que pronto estas rutas funcionen y cumplan con su objetivo de agilizar el sistema”.
De referencia: El Espectador.