La psicóloga y sexóloga Raquel Graña, creadora del canal «Íntimas conexiones» y autora del libro «Sex on» revela algunos de los falsos mitos que rodean al orgasmo.
¿Podrías describir lo que se siente en un orgasmo? Cuando hablamos del orgasmo solemos utilizar palabras como éxtasis, clímax, culminación, placer intenso… Pero lo cierto es que, como reconoce la psicóloga y sexóloga Raquel Graña, aún hoy sigue siendo una sensación que resulta difícil definir o describir de una forma precisa con las palabras. Lo que sí tiene claro, en contra de la creencia popular, es que esta experiencia tiene un componente más mental o cerebral que físico. La prueba está, según argumenta, en que si una persona tiene un bloqueo a nivel emocional o psicológico o en algún momento de su vida ha sufrido abusos le costará mucho más sentir placer en el sexo.
La sexóloga, que acaba de publicar el libro «Sex on» (Ed. Vergara), una guía para que los adolescentes descubran las claves de una sexualidad sana, asegura que existen muchos más casos de anorgasmia de los que creemos, pero que es algo de lo que no se suele hablar. «Las personas que me consultan por qué no tienen orgasmos suelen rondar los 35 años. La mayoría siente, no obstante, que tiene una vida feliz y completa en sus relaciones y aseguran que sí que disfrutan con el sexo. Se podría decir que no echan de menos lo que no han sentido, aunque son conscientes de que pueden llegar a disfrutar más pero, de alguna manera, afirman que lo paran o lo bloquean porque prefieren no perder el control», explica.
Esa necesidad de evitar una «pérdida de control» es precisamente una de las razones que lleva a fingir el orgasmo. «Ese miedo a dejarse ir o a perder el control implica un nivel de intimidad mayor. Algunas personas no están acostumbradas a sentir algo tan intenso y prefieren bloquearlo», detalla. Otras razones que pueden llevar a fingir el orgasmo tienen que ver con la falta de confianza y de comunicación, el miedo a la opinión del otro («¿Qué pensará de mí?») o incluso con la necesidad de «acabar antes» o que el otro «se sienta mejor».
Según asegura la sexóloga, que tamién es creadora del canal de Youtube «Íntimas Conexiones», sigue habiendo muchas mujeres «complacientes» que fingen para que ellos no se sientan «menos hombres». Por eso insiste en la importancia de centrarse en «nuestras propias sensaciones» y no en las del otro. «Siempre digo a mis pacientes que si solo están pendientes de lo que hace o lo que siente el otro, desconectarán de su cuerpo y les resultará más difícil sentir placer y llegar al orgasmo. Pensar en uno mismo, en nuestro propio placer, no es egoísmo, es disfrutar de nuestra sexualidad», revela.
Una de las cuestiones que más le preocupan en este sentido es que la gente crea que «todo el mudo puede llegar al orgasmo», pues la experiencia de los sexólogos revela, según afirma, que eso no es verdad. «Lo habitual es asociar el orgasmo con el súper placer, pero aunque es un punto álgido del placer defendemos que lo que tenemos que aprender es a disfrutar del proceso, de la conexión con nuestro cuerpo y el del otro, del juego y del camino hacia ese placer, pues a veces esa obsesión por alcanzar el orgasmo puede llevarnos a perdernos muchos aspectos placenteros del sexo», aclara.
Por eso también explica que conviene evitar ese objetivo que siguen teniendo algunas parejas: llegar juntos al orgasmo. «A muchas personas les hace ilusión porque se sienten más unidos pero en una relación sexual cada uno tiene su momento. Lo importante es disfrutar del proceso, cada uno a su ritmo y sin tener la necesidad de tener que acomodarse a las sensaciones del otro», aclara.
No son preliminares, sino juego mutuo
Hablar de los «preliminares» supone, según la experta, decir que lo que hacemos es algo «previo a…» y validar el «coitocentrismo» o «la penetración como objetivo o fin» de la relación sexual. Por eso Raquel Graña prefiere hablar de juego sexual mutuo en el que se incluyen cuestiones como el sexo oral o la masturbación. En este sentido conviene tener en cuenta, según aclara la sexóloga, que el deseo sexual funciona de manera distinta en hombres y mujeres pues, mientras que ellos se excitan con facilidad (una caricia, un guiño, una forma sugerente de vestir…), ellas necesitan un proceso más largo de estimulación (caricias, besos, susurros, insinuaciones, juegos, ambiente erótico…) para sentir ese deseo.
Tipos de orgasmo
A nivel científico, la autora de «Sex on» explica que los datos que manejan habitualmente los sexólogos sobre los tipos de orgasmo corresponden a los años 80 y que en ellos se decía que el 80% de las mujeres llegaban al orgasmo a través del clítoris y que el resto llegaba a través de la vagina.
Sin embargo, su opinión es que, aunque la gran mayoría de las mujeres llegue al orgasmo a través del clítoris, es posible trabajar la sensibilización de la zona vaginal para llegar a tener más placer y más sensibilidad de modo que esa zona ocupe una zona más grande en el cerebro (basándose en el concepto que recoge en psicología el homúnculo de Penfield, que representa a las partes del cuerpo que tienen una mayor representación en el cerebro).
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con referencia abc