El caso de Ligia Elvira Flórez de 77 años que fue abandonada en el aeropuerto El Dorado, pese a estar en silla de ruedas y enferma de mal de Parkinson, es solo uno de los cientos de dramas que ocurren cada año en Bogotá. Aunque el Distrito acoge 1.890 ancianos vulnerables en sus 16 centros de protección, la fila para acceder a un cupo ronda las 200 personas.
Los centros de salud son los principales lugares usados por las familias para desentenderse del cuidado de sus parientes. Los llevan a estos sitios por alguna complicación y una vez son atendidos, desaparecen. Pero en el espacio público (parques, centros comerciales, entre otros) también se presentan dichas situaciones. Según las cifras que la Secretaría de Integración Social recibe de la Secretaría de Salud, a diario casi dos personas mayores son ‘tiradas’ a su suerte.
Aunque la titular de Integración, María Consuelo Araújo, señala que en el plan de desarrollo actual se pasó del 0,5 al 2 % en los dineros que del recaudo distrital se destinan a la vejez, aún habrá que seguir aumentando el rubro en años posteriores. ¿Por qué? La Misión Colombia Envejece (alianza entre la Fundación Saldarriaga Concha y Fedesarrollo, que analiza el envejecimiento del país) contempló que si en la capital (2015) el 11,7 % de la población era mayor de 60 años, esa proporción en 2050 representará el 27,2 %.
Lo anterior significa que el índice de envejecimiento pasará de 50 por cada 100 niños, a 160 por cada 100 niños en el 2050. Se pasará de los cerca de un millón de personas mayores que hay hoy a más de 2’500.000.
Mientras Ligia permanece en un centro hospitalario, donde tratan de recuperarla de un cuadro de desnutrición, de una infección urinaria y a la vez intentan estabilizar su Parkinson, los especialistas advierten que su mayor dolencia es sentimental. Su principal síntoma es la depresión. Ella arribó de México, donde vivía con su hijo, quien fue el que la montó en un avión con destino a Colombia, y además de no darle ni un peso, solo le dejó un par de números telefónicos de otros familiares en la capital, quienes a su vez se negaron a recibirla.
“Necesitamos visibilizar este y otros maltratos. Aunque contamos con 36 comisarías de familia que apoyan nuestra labor para exigir que las familias cuiden de sus adultos, el abandono aún no está penalizado”, advirtió Araujo. Las demandas por inasistencia alimentaria son una herramienta a la que acuden en este tipo de caso. Sin embargo, un punto que limita estas acciones es que los hijos se ‘esfuman’, y contactarlos es difícil.
Contra el maltrato
Entre el 1.° de enero y el 30 de abril del 2017, el Instituto de Medicina Legal reportó 131 casos de violencia intrafamiliar contra el adulto mayor. De los afectados, 73 eran hombres y 58 mujeres. Aún más inquietante es que, según Integración Social, el subregistro es alto, y las agresiones no solo son de tipo físico.
Una encuesta que realizó esa entidad arrojó que cuatro de cada diez ciudadanos de la tercera edad han sido víctimas de algún maltrato: violencia psicológica, negligencia, violencia física, financiera (explotación económica o control de recursos) y violencia sexual.
El próximo 15 de junio se realizará el Día Mundial de la Toma de Conciencia del Abuso y el Maltrato en la Vejez. Será ocasión para que el Distrito lance la campaña ‘Los viejos merecen su venia’, con la cual tratan de llamar la atención de la ciudadanía y ayudar al empoderamiento de los ancianos, para que denuncien.
“Es importantísimo que el Congreso apruebe el proyecto de ley, que cursa en este momento, para que se penalice el abandono que afecta a los viejos”, expresó Patricia Gómez, subdirectora para la vejez, de Integración. “Pero qué bueno sería que el Estado no tuviera que acudir a instancias judiciales para que las familias cuiden de sus abuelos, sino que los cuidaran como deben”, finalizó.
Redacción: EL TIEMPO