La disputa comercial entre Estados Unidos y China sube de nivel y camina hacia la declaración oficial de una guerra de divisas.
El gobierno de Trump designó el lunes a China como un “manipulador de divisas”, luego de que el banco central de ese país permitió que su moneda se debilitara en medio de la disputa comercial en curso.
Por su parte, el Banco Popular de China (BPC) ha expresado su «firme oposición» a la decisión «unilateral» del Departamento del Tesoro de EE UU de designar al gigante asiático como «manipulador de divisas».
La decisión de la Administración de Trump, dice el instituto emisor, «no solo socavará gravemente el orden financiero internacional, sino que también desencadenará turbulencias en el mercado financiero, obstaculizará en gran medida el comercio internacional y la recuperación económica mundial», ha advertido el banco central chino.
Ha recomendado a las autoridades de EE UU «regresar a la senda de la racionalidad y la objetividad».
Vuelve la medida tomada en la década de los 90
Estados Unidos no había catalogado a un país como manipulador de divisas desde que etiquetó a China a principios de la década de 1990, bajo el mandato del presidente Bill Clinton. Designar un país no desencadena de inmediato sanciones, pero otros gobiernos lo ven como una provocación.
El secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, explicó en un comunicado que va a solicitar ahora al Fondo Monetario Internacional (FMI) que “proceda a eliminar la ventaja competitiva injusta creada por las últimas acciones de China”.
La maniobra de Washington contra Pekín podría así detonar una crisis aún mayor entre los dos países, tener severas ramificaciones en la economía global y sacudir con fuerza las monedas latinoamericanas, muy vinculadas a la evolución del billete verde.
La Casa Blanca hizo el lunes por la noche efectivas sus amenazas
Menos de una semana después de que decidiese dar un paso más en la escalada al anunciar que los aranceles abarcarían a todos los bienes importados del gigante asiático.
China niega que manipule el mercado
Pagos Internacionales (BPI) entre 2005 y 2019 constatan que el tipo de cambio nominal efectivo del yuan se ha apreciado un 38%, mientras que el tipo de cambio real efectivo de la moneda china se ha incrementado un 47%, añadiendo que el análisis del FMI considera que el tipo de cambio del yuan se alinea en general con sus fundamentales.
«Desde 2018, EE UU ha dado comienzo a una escalada de disputas comerciales. China siempre ha insistido en no entrar en una devaluación competitiva y no ha utilizado el tipo de cambio para abordar las diferencias comerciales», ha añadido el banco central chino.
De este modo, China continuará adhiriéndose a un tipo de cambio en función de la oferta y la demanda con referencia a una cesta de monedas, un sistema de tipo de cambio flotante administrado, con el fin de mantener la estabilidad básica del tipo de cambio del yuan en un nivel razonable y equilibrado.
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Referencia: El País / CNN / JODF