Colombia – Caficultores colombianos enfrentan en la actualidad una de las mermas más grandes de precios en su mercancía por la que han tenido que atravesar en toda la historia de su siembra, lo que ha llevado a que los productores reconsideren la idea de seguir cultivando el grano.
A esta complicación se suman otras problemáticas que inciden en las numerosas pérdidas, como la extensa temporada de sequía por la que atravesaron al momento de la última siembra y que originó el aumento de la plaga de la broca y afectó la calidad del grano, los cuales al ser cosechados salen picados.
Entre las dificultades de precio y calidad que perjudican al sector cafetero, los representantes de la industria del café en Colombia no logran cubrir de manera sustentable los gastos que destinan a su obtención.
El caficultor Gustavo Echeverry, comentó que para obtener un arroba de café, equivalente a 12,5 kilos, se deben invertir un aproximado de 22 dólares, sin embargo esta misma cantidad de grano es cancelada, en promedio, en unos 21 dólares en los centros de acopio.
Ante la crisis, los cafeteros han decidido desviar los objetivos de sus empresas productoras a otras alternativas, como presentar sus haciendas como destinos turísticos, aún cuando Colombia es considerado la tercera nación en producción de café en el mundo, siendo superada solo por Brasil y Vietnam. En el país neogranadino, el comercio de café lidera las exportaciones por encima del petróleo y la minería, y brinda un sostén económico a más de 540.000 familias.
Los trabajadores coinciden que la crisis del café ha influido, además, en las ventas de muchas de las haciendas productoras, así como en la migración de quienes laboran en esta industria. Catalogan de «comercio injusto» a la causa principal de la situación que atraviesa la empresa hoy en día.
El gobierno colombiano anunció en las pasadas semanas que, ante el trance que padecen los caficultores por los bajos precios de su producto, se invertirán 80 millones de dólares en ayudas económicas.
Se tiene previsto que la próxima cosecha se dé para los meses de octubre y noviembre. Los cafeteros temen que de no cesar la baja en los precios, se pondrán en venta muchas otras haciendas.
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