Lo que han perdido Avianca y otras firmas por crisis venezolana

Las dificultades para monetizar ingresos provenientes de Venezuela, le generó pérdidas a Avianca en el 2015. Foto: Cristian Hernández / EFE
Además de las deudas del grupo aeronáutico, Éxito y Argos salieron obligadas del mercado vecino.

Luego de 60 años de operaciones y en medio de una evidente tensión que fue creciendo, la compañía Avianca Holdings (AH) decidió la semana pasada dejar de volar a Venezuela, argumentando riesgos de seguridad para la operación aeronáutica.

Sin embargo, no es la única empresa de origen nacional que ha tenido que empacar maletas o castigar deudas e inversiones.

 Hace varios años, la propia Avianca Holdings tuvo serios problemas para monetizar los ingresos obtenidos en esa nación, por lo que entre el 2014 y el 2015 castigó en sus libros contables la deuda, que ascendía a 300 millones de dólares.

Una de las expropiaciones recayó sobre el Grupo Éxito en el 2010, cuando la Asamblea Nacional declaró de utilidad pública e interés social todos los bienes inmuebles donde funcionaban los almacenes que operaban bajo la marca Éxito, y se ordenó la adquisición forzosa de dichos activos. Tras las negociaciones, el gobierno chavista pagó finalmente 91 millones de dólares por la nacionalización de la cadena.

Unos años antes, en el 2009, el gobierno venezolano también expropió los activos de Cementos Argos, que a la luz de hoy no ha recibido ni un dólar de los 300 millones de dólares a los que aspira.

En el 2008, el gobierno tomó los activos y en el 2009 formalizó la expropiación.

Se trata de una planta ubicada en el estado Trujillo, de propiedad de la Corporación de Cemento Andino (CCA), filial de Argos. Sin embargo, debido a otras demandas legales, la firma colombiana no tiene control sobre los activos desde el 2006, cuando distintos órganos judiciales emitieron medidas cautelares que le impidieron operarla.

Inclusive en el 2009, el Tribunal Supremo de Justicia del vecino país reconoció la propiedad de Argos sobre la planta y los demás activos, por lo que aspira a la indemnización económica. Argos adquirió la firma cementera en 1998, cuando fue privatizada por el estatal Fondo de Inversiones, a través de una subasta internacional. Y pagó unos 80 millones de dólares e hizo luego inversiones en ampliaciones e infraestructura que elevaron el valor de los activos.

Por su lado, en el 2015, los accionistas del Grupo Orbis, dueño de entre otras empresas Pintuco, decidieron separar la operación de sus filiales en el país vecino de las del conglomerado en Colombia, también para no afectar la contabilidad de este.

Entre tanto, la empresa de alimentos Alpina dice que las cuentas por cobrar con Alpina Productos Alimenticios Venezuela están sujetas al régimen oficial de giro de divisas, que tiene fuertes restricciones. Por ello, decidió reconocer en los libros del 2016 una provisión de los saldos por cobrar equivalente a 1.395 millones de pesos.

Entre tanto, Colombina, que tiene 84 trabajadores en Colombina Venezuela, dijo en marzo que “por el riesgo en la volatilidad de las tasas de cambio en Venezuela, las ventas y despachos de mercancía a la subsidiaria ubicada en este país se realizan después del recibo de los anticipos en dólares con el fin de garantizar la recuperación de las cuentas por cobrar a la tasa de cambio del momento”.

Por su lado, el Grupo Nutresa, que realiza en Venezuela el 9,4 por ciento de sus ventas anuales totales, es decir, unos 240.000 millones de pesos, cuenta con una planta de cárnicos madurados llamada Hermo. “Continuar con el ajuste de los procesos y operaciones en Venezuela, para responder a un entorno cada vez más retador”, dice el informe de Nutresa sobre las perspectivas en el país vecino en el 2017.

Entre tanto, Soft Bolívar, empresa del Grupo Bolívar especializada en informática, que inició actividades en el 2007, fue excluida en 2010 del conglomerado, según constan los registros de la Cámara de Comercio de Bogotá (CCB).

Estas y otras desinversiones han causado una caída libre de la inversión colombiana en Venezuela, que se acentuó desde el 2009, cuando se implantó el régimen chavista. Es así como las estadísticas del Banco de la República indican que aunque se llegó al récord de 157 millones de dólares en 1998, los años siguientes, con contadas excepciones, los envíos no superaron los 50 millones de dólares.

Inclusive en el 2011, las multilatinas criollas repatriaron 150 millones de dólares. La situación política, la inseguridad jurídica, los impagos y la incertidumbre económica se cuentan entre las causas de las desinversiones.

De referencia: EL Tiempo.

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