El ex congresista y líder indígena Lorenzo Muelas denunció que el deterioro del ecosistema obligó a los osos andinos a desplazarse y ahora están atacando el ganado. Colonos e indígenas les están disparando.
Lorenzo Muelas no tenía problema para hablar con los ministros. Hace 20 años, en pleno ejercicio como congresista de la República tenía contacto permanente con alcaldes, gobernadores y miembros del gabinete presidencial. Hoy las cosas son distintas. En su condición de líder del Cabildo indígena del Resguardo Guambia, lleva meses denunciando ante todas las instancias un conflicto que comienza a desbordarse y sobre el cual, asegura, no le han puesto atención.
Según ha narrado en cartas dirigidas hasta al ministro del Medio Ambiente, Luis Guillermo Murillo, en Cauca los indígenas y los colonos tienen un conflicto por el territorio con los osos de anteojos que está llevando a la muerte a la exótica especie andina.
Dicha especie de osos, habitante por excelencia de los Andes suramericanos fue paulatinamente desplazada por la colonización en tala indiscriminada, el cambio climático y el proceso de degradación de suelos al punto que llegó a estar en riesgo de extinción. Ahora, cuando los proyectos para su repoblamiento comienzan a dar resultadosapareció un problema anunciado: los animales en busca de protección y alimento tienden a aproximarse a las zonas habitadas por el humano y a entrar en conflicto con ellas por los daños causados a la agricultura y al ganado.
Al ser una especie de gran tamaño -entre 1,5 metros y 2 metros- que necesita de un extenso lugar para movilizarse y subsistir, estos osos han optado por entrar a las zonas habitualmente ocupadas por indígenas y campesinos, para alimentarse de su ganadería, lo cual ha generado una respuesta agresiva por parte de los pobladores, como lo afirma Lorenzo cuartas en una de sus muchas cartas:
“La reacción de los afectados, a falta de una política del gobierno que le dé salida a la situación, generalmente es violencia y culmina en la muerte de los osos. Estos están siendo exterminados por parte de los dueños del ganado, pero sobre todo por la ausencia de una política estatal adecuada”.
A pesar de haber tocado las puertas de diferentes organismos para la solución de la problemática, la única respuesta que ha recibido ha sido: “Espántelos con pólvora, con tiros o con perros”, a lo que él ha respondido: “Como si los pobres animales no fueran a enfrentar la misma situación dondequiera que sean arrinconados”.
Para las comunidades indígenas, este oso, es considerado como un ser mágico, como un vínculo ente el cielo y la tierra, como mediador del bien y el mal y hasta como un hermano mayor, por ello es sorprendente la respuesta agresiva que denuncia este líder indígena.
El último caso que se ha presentado en la región es la muerte de un oso bebé: “fue eliminado hace pocos días por indígenas guámbianos, quienes ya no han aprendido en tantos años nada de nuestras tradiciones ancestrales”, expresa Lorenzo Muelas en su última carta al ministro de Medio Ambiente.
Cortesía: El Esèctador