Participó en el “trancazo” en el distribuidor Altamira. Relató en una entrevista al diario El Nacional que fue detenida por seis horas, la insultaron, robaron, golpearon y amenazaron con lanzarla al río Guaire.
Colmenares sufrió una emboscada por parte de la Guardia Nacional. Cuando cayó al piso, la patearon y se cortó una mano, por lo que requirió siete puntos de sutura. Fue trasladada a La Carlota. La adolescente estudiante de derecho en la Universidad Central de Venezuela, expresó que tuvo miedo de ingresar a la lista de fallecidos durante las protestas en Venezuela.
Luego de golpearla, entregó sus pertenencias, las cuales le devolvieron, menos el celular. Su miedo e impotencia asegura que lo convirtió en fuerza para seguir protestando.
Paradójicamente Andrés Colmenárez, su padre, es abogado defensor de los derechos humanos. “Tenemos la bendición de Dios de abrazar a nuestra hija. Cuántas familias han sentido el dolor de no poder hacerlo con los suyos”, expresó el fundador de la ONG Funpaz.
Paula Colmenares finalizó diciendo: “No me queda más que ganas de salir por esos muchachos que quedaron presos”.
cortesía el cooperante