Senadores del Partido Republicano se han mantenido al margen de las declaraciones del presidente de los Estados Unidos y candidato a la reelección, Donald Trump, quien se proclamara vencedor en las elecciones y acusara de fraude los resultados en algunos estados.
Un fuerte aliado del presidente y líder de la mayoría republicana en la Cámara alta, el senador McConnell, expresó que los candidatos deben adaptarse “a las reglas de cada estado”, en referencia a las modificaciones en los conteos de boletas anticipadas emitidas por correo.
En declaraciones a periodistas, el senador señaló que “afirmar que ganó las elecciones es diferente a terminar el conteo”. Asimismo, precisó que “la decisión de los estados sobre cómo llevar a cabo la elección no es asunto del Gobierno federal”, declaraciones que se desmarcan de las presidenciales cuando Trump exhortó a a terminar el conteo de votos.
Por otra parte, un gran seguidor de las políticas presidenciales y del propio Trump, así como su «asesor» en temas relacionados con América Latina, el senador Marco Rubio, comentó en su cuenta en Twitter que “tomarse días para contar los votos emitidos legalmente no es fraude”.
Unas declaraciones que contradicen al propio Trump, quien denunciara sin pruebas un “fraude” y se proclamará el miércoles ganador en Pensilvania, Georgia, Carolina del Norte y Michigan, cuatro estados claves.
Asimismo, el exgobernador republicano y asesor de Trump, Chris Christie, expresó a medios de prensa que «es una mala decisión estratégica, es una mala decisión política y no es el tipo de decisión que se esperaría que tomara esta noche (en alusión al anuncio del Trump en la madrugada del miércoles) alguien que ocupa el cargo que ocupa».
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