El presidente Lenín Moreno no ha tomado ninguna decisión sobre mantener o no al actual embajador en Londres, Carlos Abad, ni sobre qué hacer frente al retiro de las acusaciones en contra de Assange que decidió la Fiscalía de Suecia
QUITO.– A cinco años de que Julian Assange buscara refugio en la embajada ecuatoriana en Londres, el nuevo gobierno en Quito ratificó el asilo político al fundador del portal de denuncias Wikileaks, pero le advirtió que no debe emitir pronunciamientos políticos sobre Ecuador y sus amigos.
El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, dijo al día siguiente de su asunción el 24 de mayo que hacía un pedido «respetuoso» a Assange para que «no intervenga en la política ecuatoriana ni en la política de los países amigos». «Su condición no le permite hablar acerca de la política de los países, menos del nuestro», advirtió.
El mandatario recordó que en la campaña electoral el periodista asilado en la embajada ecuatoriana en Londres se pronunció burlonamente en contra del candidato opositor de derecha Guillermo Lasso, pidiéndole «que se retire de Ecuador en los próximos 30 días».
Assange ironizaba sobre una declaración de Lasso, que señaló que de llegar a ser presidente de Ecuador daría el plazo de un mes a Assange para que saliera de la embajada.
«Vamos a mantener su condición de refugiado político, pero recordándole siempre que la condición en que está no le permite participar en política de nuestro país ni de los países vecinos», reiteró Moreno.
En otra rueda de prensa, el 29 de mayo, el mandatario calificó a Assange de «hacker» y dijo que es una actividad que rechaza, pero añadió que a pesar de ello Assange podrá «seguir como asilado».
El calificativo disgustó a Assange, quien replicó en la red Twitter que «publicar pruebas de corrupción no es hackear». «Soy periodista y editor. Ni siquiera Estados Unidos me tilda de hacker», señaló. Además indicó que «los ecuatorianos pueden estar seguros de que si WikiLeaks obtiene pruebas de corrupción en Ecuador, las publicará».
No hubo otros pronunciamientos oficiales sobre estas últimas declaraciones, pero analistas en Ecuador consideran que si no cumple con estos requerimientos, su condición de asilado político terminará.
Así opinó excanciller José Ayala Lasso, quien censuró que Ecuador permitiera hasta ahora a Assange dar ruedas de prensa y entrevistas y llegar a tratar «de forma indolente, inclusive irrespetuosa, al presidente».
El exvicecanciller de Ecuador Kintto Lucas, en tanto, dijo a dpa que a Ecuador «no le va a quedar más que llevar el caso a La Haya», porque los países hegemónicos buscarán «otros caminos» para detener a Assange. También señaló que esos países «no perdonarán» al australiano, a quien tratarán de golpear «para que no existan otros mensajeros».
El quinto aniversario de la llegada de Assange a la embajada ecuatoriana en Londres se produce cuando el gobierno de Lenín Moreno no cumple aún un mes de labores y está enfrascado en establecer sus estrategias administrativas, por lo que la definición sobre el futuro de Assange pasa a segundo término.
El presidente ecuatoriano no ha tomado ninguna decisión sobre mantener o no al actual embajador en Londres, Carlos Abad, ni sobre qué hacer frente al retiro de las acusaciones en contra de Assange que decidió la Fiscalía de Suecia.
Julian Assange llegó a la misión diplomática de Ecuador en Londres el 19 de junio de 2012 con una carta para el presidente Rafael Correa, en la que le solicitaba asilo por temer por su vida, ya que consideraba que podía ser llevado a Estados Unidos desde Suecia, país que lo estaba procesando por presuntos delitos sexuales.
Assange publicó en 2010 miles de cables militares secretos de Estados Unidos sobre las guerras en Irak y Afganistán.
Al momento de poner pie en la legación ecuatoriana, Assange rompía un arresto domiciliario impuesto por el Reino Unido, cuya justicia se abocaba a extraditarlo a Suecia.
Dos meses más tarde, Ecuador formalizó el asilo diplomático que marcaba una nueva vida para Assange, recluido en una pequeña oficina acondicionada para vivienda, en donde ha pasado ya cinco largos años.