A 22 años de los atentados del 11-S sigue la impunidad

Documento del FBI, dice que la CIA se vinculó con pilotos que perpetraron el ataque al WTC.

Varias teorías conspirativas se han tejido en torno a los atentados terroristas contra las torres gemelas de la ciudad de Nueva York y otros edificios en EEUU, el 11 de septiembre de 2001.

Veintidos años después de los fatídicos eventos que transformaron o dividieron la política exterior estadounidense de 2001 en dos partes claramente diferenciadas: antes y después de esa fecha, hoy por hoy, los familiares y amigos de los más de tres mil muertos aún claman justicia. L

o propio hacen los miles de familiares de los muertos que cobraron las invasiones a Irak, Siria y Libia, producto de la “llamada guerra preventiva” para localizar las “armas de destrucción masiva”, frase patentada por la administración de George W. Bush y apoyada por Tony Blair (Reino Unido) y José María Aznar (España), .

Pero, ¿qué pasó en las torres gemelas? Una de las hipótesis que cobra mayor expectativa es la teoría de la demolición controlada. Esta presunción sostiene que el derrumbe del Centro de Comercio no fue una consecuencia de los daños generados por los impactos de los aviones durante los ataques del 11-S, ni del deterioro derivado de los incendios subsiguientes, sino que fue causado por explosivos implantados de antemano en los edificios.

Los defensores, el físico Steven E. Jones, el arquitecto Richard Gage, el ingeniero de software Jim Hoffman, sostuvieron que los impactos de los aviones y los incendios resultantes no podrían haber debilitado los edificios lo suficiente como para iniciar un colapso catastrófico, y que los edificios no se habrían derrumbado por completo, ni a la velocidad que lo hicieron, sin el uso de energía adicional para debilitar sus bases y estructuras.

Impunidad.

Según Phyllis Bennis, investigadora del Instituto Internacional de Investigación e incidencia Política, “cuando los aviones atacaron el World Trade Center y el Pentágono, George Bush y sus asesores tuvieron que decidir cómo responder. Escogieron una respuesta militar inmediata, con un llamamiento a la guerra al pueblo estadounidense y a todos aquellos que quisieran estar “con nosotros” en lugar de ser tratados como si estuvieran “con los terroristas”. La guerra fue la única opción considerada: arrasar Afganistán respaldados por una coalición sin el menor atisbo de autoridad de la ONU”.

Sostiene Bennis que había otra opción, “pero fue rechazada”: considerar los ataques como un crimen contra la humanidad y crear una nueva coalición mundial que encontrara y llevara a los criminales ante la justicia.

“Mientras se analizaba la política exterior estadounidense en busca de las causas profundas de semejantes atrocidades. El presidente podría haber comenzado con el compromiso de demostrar al mundo que EEUU, su Gobierno y su pueblo eran realmente distintos de los terroristas, prometiendo que ni una sola vida inocente más se perdería en aras de ese objetivo.

La investigadora reitera que esas opciones fueron rechazadas: “se optó por la guerra. La importancia de la coalición comenzó a menguar cuando se vio que la victoria militar en Afganistán estaba al alcance de la mano.

¿Qué dice esa elección sobre las nuevas directrices de la política exterior estadounidense? A finales de 2001, la división, entre partidarios de un enfoque multilateral (aunque falso o coactivo) y aquellos que exigen acciones militares unilaterales agresivas, continuaba sin resolverse”, explicó.

FBI: la CIA apoyó a miembros de al-Qaeda

La publicación de un documento que señala que la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) apoyó a dos de los atacantes del 11 de septiembre de 2001 refleja la debilidad de Estados Unidos en la actualidad, citó la agencia rusa, Sputnik.

En abril de este año, se reveló un texto del Buró Federal de Investigaciones (FBI) estadounidense donde se menciona que la CIA tuvo una participación más estrecha con Nawaf Hazmi y Jalid Mihdhar, dos de los perpetradores del ataque terrorista contra las Torres Gemelas de Manhattan, que recorrió los noticieros del mundo.

En el documento, se exponen los testimonios de varios integrantes del FBI que indican que ambos sujetos pudieron haber sido reclutados por el servicio de inteligencia estadounidense. Hay dos pistas que conducen a esta hipótesis: diversas cuentas bancarias en EEUU a nombre de Hazmi y Mihdhar, y la renta de un departamento en San Diego, California, “a petición de la CIA”.

Sumado a ello, los agentes del Buró Federal estadounidense aseguran que la Agencia ha puesto trabas a las pesquisas, lo que acentuaría las sospechas de que desean ocultar su relación con Al-Qaeda, tras los ataques donde murieron casi 3.000 personas.

con información de ultimas noticias

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí