Venezuela vivió este martes su primer día de cuarentena nacional por el coronavirus con problemas en la movilización de transporte de alimentos y suministro de combustible entre las regiones, lo que amenaza con agravar la ya precaria situación de la nación OPEP.
El gobierno del presidente Nicolás Maduro dijo el lunes que suman 33 las personas contagiadas con el virus y declaró una cuarentena en los 23 estados del país, prohibiendo la circulación de personas y camiones, excepto que transporten comida o medicinas.
Desde temprano, unidades militares en carreteras del país y en Caracas impedían el paso de autos y buses hacia otras regiones del interior e incluso dentro de la misma capital, pero dejaban avanzar a algunos vehículos como un camión cargado de medicinas en el sur y centro del país, según testigos Reuters.
El general José Antonio Murga, comandante de la zona del estado central de Carabobo, dijo que era un cierre parcial porque los transportes de carga pesada que salían desde su principal puerto de carga, el de Puerto Cabello, hacia distintas zonas se movilizan por las vías carabobeñas con solo mostrar a los uniformados los documentos de los cargamentos.
Pero a una de las entradas de Caracas, algunos vehículos de carga eran detenidos y no se les permitía el acceso a la capital, mientras en Coche, el principal mercado de mayoristas de alimentos de la capital, abrió con varias horas de retraso por confusas órdenes entre uniformados.
Vendedores de quesos en comercios del este de Caracas esperaban suministro de una empresa del estado noroccidental de Zulia, pero los camiones no llegaron a la capital. Fuentes de la industria de alimentos dicen que en varias vías del país hay unidades aguardando por los permisos para los traslados.
“Están prácticamente cerrados todos los accesos (viales) porque como no hay datos oficiales, no hay un salvoconducto para los productores y para los camiones”, dijo Carlos Albornoz, presidente del Instituto Venezolano de la Leche y la Carne.
Además en el caso de los productores de leche y carne, por ejemplo, “no se les está dando acceso a sus unidades de producción. Los alimentos que están cargándose en camiones, con mucha dificultad, están tratando de llegar (…) Están cerradas todas las vías”, agregó Albornoz.
Aparte del problema para cruzar los bloqueos entre regiones, en zonas como el estado andino de Táchira, cerca de la frontera con Colombia, recrudecía la escasez de combustible, que data de hace varios años por desinversión en la petrolera estatal.
“En estos momentos no tenemos cómo surtir combustible”, dijo Edgar Medina, presidente de la Asociación de Ganaderos del Táchira.
Similares problemas se presentaban en Zulia, donde transportistas de pasajeros se quejaban del desorden en la distribución en sedes militares de salvoconductos para cargar gasolina.
“Sólo están dejando pasar emergencias y con salvoconducto”, dijo Juan Restrepo, presidente de un grupo de conductores de 1.500 buses en esa región.
La nación, que vive una profunda crisis política y el colapso de su economía, vio crecer la prevalencia de la subalimentación casi cuatro veces, de 6,4% en 2012-2014 a 21,2% en 2016-2018, de acuerdo con la FAO.
Con la población golpeada por la hiperinflación desde hace tres años, seis de recesión y frecuentes cortes en el suministro de agua y luz, costear mascarillas, medicinas y alimentos para varios días de cuarentena es una pesada carga.
“¿Cómo voy a estar en cuarentena si debo buscar agua en la plaza y comprar comida a diario porque mi nevera se dañó por los apagones?”, se preguntó Juana Orozco, de 73 años, habitante de un sector de la ciudad occidental de Barquisimeto y donde tienen un año sin recibir el suministro de agua por tubería.
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Redacción: reuters