23 de marzo, día mundial de la Meteorologia

La Organización Meteorológica Mundial (OMM), en cuanto sucesora de la Organización Meteorológica Internacional, fundada en 1873, tiene como misión fundamental apoyar a los países del mundo a prestar servicios meteorológicos e hidrológicos destinados a proteger la vida humana y los bienes frente a los desastres naturales relacionados con el tiempo, el clima y el agua, salvaguardar el medio ambiente y contribuir al desarrollo sostenible.

Ello no puede llevarse a cabo sin las observaciones, investigaciones y operaciones necesarias para fomentar la comprensión y los conocimientos sobre el tiempo y el clima.

Conmemora la fecha del 23 de Marzo de 1950 en la que se constituyó formalmente la Organización Meteorológica Mundial (OMM) con la firma del convenio de sus primeros treinta miembros. Actualmente esta organización cuenta con 185 miembros. Sus fines son la cooperación internacional en servicios y observaciones meteorológicos, promover el intercambio rápido de información meteorológica, la normalización de las observaciones meteorológicas y la publicación uniforme de observaciones y estadísticas.

Entre las últimas preocupaciones de la OMM esta el cambio climático que han previsto, para este siglo que comienza, los expertos de Naciones Unidas. El Agotamiento de los recursos naturales, la contaminación, la deforestación, la construcción de presas, están poniendo de manifiesto la posible influencia humana en este cambio. Fenómenos climáticos cada vez más virulentos como El Niño parece confirmarlo. Otro ámbito de estudio importante es la previsión de catástrofes naturales relacionadas con la meteorología, como las tormentas tropicales o las inundaciones.

La meteorología es fundamental para predecir sequías, inundaciones y otro tipo de fenómenos que causan estragos a la humanidad. El Día Meteorológico Mundial también es la ocasión ideal para advertir acerca de los efectos que tiene la contaminación en el clima. El adelgazamiento de la capa de ozono ha provocado un calentamiento de la tierra que podría representar un aumento de la temperatura hasta de 4.5 °C hacia el año 2100, si no se adoptan medidas preventivas. Se teme que esto pueda provocar el deshielo de glaciares y zonas polares provocando que el nivel del mar se eleve a hasta en 95 centímetros, lo cual amenazaría la propia existencia de algunos países insulares con zonas bajas y planicies costeras.

TEMPESTADES DE POLVO/ TEMPESTADES DE ARENA: Las tempestades de polvo y de arena son masas de polvo o de arena elevadas a gran altura por vientos fuertes y turbulentos. Suceden principalmente en partes de África, Australia, China y Estados Unidos. Ponen en peligro la vida y la salud, especialmente de las personas que se encuentran al aire libre y lejos de un refugio. El transporte resulta particularmente afectado, ya que la visibilidad queda reducida a sólo unos metros.

TORMENTAS, RAYOS, TORNADOS. Las tormentas violentas ocasionan descargas eléctricas repentinas en forma de rayos y truenos. Frecuentemente traen consigo fuertes lluvias, granizo, vientos intensos y, ocasionalmente, nieve. En algunas partes del mundo, desencadenan tornados. Los tornados son particularmente habituales en las grandes planicies de América del Norte, pero pueden ocurrir y ocurren en cualquier lugar, especialmente en latitudes templadas. Pueden causar daños graves. Otros fenómenos asociados son los descensos violentos de aire y las crecidas repentinas. En cualquier parte del mundo, los rayos durante períodos secos son un factor importante en el origen de los incendios incontrolados de bosques y praderas.

LLUVIAS Y NEVADAS INTENSAS, VIENTOS VIOLENTOS. Las lluvias y nevadas intensas son peligrosas para las comunidades vulnerables. Pueden dificultar las actividades de rescate y rehabilitación a raíz de un grave desastre, como ocurrió con el terremoto de Pakistán, en octubre de 2005. Pueden sumir en el caos el transporte por carretera y por ferrocarril, y la infraestructura y redes de comunicación. La acumulación de nieve puede causar el hundimiento de los tejados de los edificios. Los vientos fuertes entrañan un peligro para la aviación, para los marineros y pescadores, así como para estructuras muy elevadas como torres, mástiles y grúas. Las ventiscas son tempestades violentas que se desencadenan con temperaturas por debajo del punto de congelación y  con vientos fuertes y ventiscas de nieve. Entrañan un peligro para las personas y para el ganado. Provocan el cierre de los aeropuertos, y siembran el caos en carreteras y ferrocarriles.

 

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