«Los venezolanos son bienvenidos en nuestro país»

El jefe de esa agencia, Christian Krüger, accedió a hablar con DIARIO LAS AMÉRICAS sobre las medidas que está adoptando el Gobierno a raíz del éxodo venezolano a través de la frontera común de los dos países. Migración Colombia: «Los venezolanos son bienvenidos en nuestro país»

BOGOTÁ.- El director nacional de la Unidad de Migración Colombia, Christian Krüger, dijo que los venezolanos que huyen por razones humanitarias son bienvenidos en territorio colombiano, pero advirtió que ese proceso debe cumplirse apegado a las medidas que buscan regular el tránsito o permanencia de personas de la nación vecina en este país sudamericano.

El funcionario reveló que el Gobierno ha sancionado a 600 empresas privadas colombianas por pagarles salarios por debajo de lo que estipula la ley a venezolanos que se declaran “abusados laboralmente”, al tiempo que añadió que unos 67.000 venezolanos ya se encuentran trabajando de manera legal en Colombia tras acogerse a lo que se denomina el PEP (Permiso Especial de Permanencia).

¿Qué tipo de medidas se están adoptando desde su oficina en Bogotá para afrontar esta situación?

Para poder comprender este fenómeno migratorio que se está presentando hoy en nuestro país tenemos que devolvernos unas tres o cuatro décadas atrás, y recordar que anteriormente la migración era a la inversa cuando el colombiano viajaba hacia Venezuela. Calculamos que más de un millón de colombianos alcanzaron a vivir en ese país, y muchos de ellos son los que están regresando en este momento, y no lo están haciendo solos, sino con sus familias. Muchas de estas personas son colombianas. Lo que vemos es una migración de retorno, y vienen con nacionales venezolanos, que son bienvenidos al territorio colombiano. Lo que queremos hacer es regularizar esta migración. Lo peor tanto para un extranjero como para un país es tener una migración irregular.

¿Cómo proyecta su agencia realizar esa regularización?

Hemos implementado varios mecanismos, y el llamado a los venezolanos es que el Gobierno colombiano ha venido flexibilizando la norma para que se regularicen, para que formalicen su situación en nuestro país. Se han implementado varias medidas en este sentido. Una, la TMF (Tarjeta de Movilidad Fronteriza) para esa migración que hemos denominado circular o pendular, que está básicamente en la zona de frontera con Venezuela, que es de más de 2.500 kilómetros, históricamente una zona de frontera activa, viva, en la que se permitía que los venezolanos entrarán a nuestro territorio sin control hasta determinadas áreas como Cúcuta, en Norte de Santander. Igualmente hacían los colombianos en Venezuela, que podían ir hasta más allá de San Antonio, por la frontera con Táchira, sin ningún control. Lo que buscamos nosotros como autoridad migratoria es identificar esos movimientos migratorios. Colombia nunca ha cerrado la frontera; eso es importante que la audiencia lo tenga claro. Fue el presidente Maduro quien cerró la frontera. Lo que se busca por parte del Gobierno colombiano no es cerrar la frontera, pero sí identificar quién está entrando y quién está saliendo por seguridad de la población, y cuando hablo de población incluyo a nacionales y extranjeros. En la medida en que tengamos una migración ordenada, tendremos una migración segura y podemos proteger los intereses de los extranjeros, de los venezolanos.

Algunos colombianos dicen que los venezolanos les quitan sus puestos de trabajos. Otros colombianos afirman que este país tiene que ayudar a sus vecinos que están llegando. ¿Cómo debe moverse el Gobierno entre esas dos corrientes?

Tenemos esa migración que es pendular, la que no quiere quedarse, que viene, trabaja unos días, realiza algunas compras y se regresa a su país. Para aquellos que se quieren radicar promulgamos el PEP (Permiso Especial de Permanencia), que va dirigido a unos 236.000 venezolanos que están en esa condición, según nuestros cálculos. Son venezolanos que entraron al país de manera regular, sellando su pasaporte, pero que por alguna circunstancia sobrepasaron el tiempo de permanencia. A esas personas se les dio este alivio que les permite trabajar, afiliarse al Sistema de Seguridad Social, tener una cuenta bancaria, entre otros beneficios, a diferencia del TMF, que no se los permite. ¿Qué hacer con las manifestaciones de personas que dicen que les están quitando el trabajo? En la medida que nosotros prohibamos esa situación, esos trabajos van a ser ilegales, y en consecuencia la diferencia en los pagos va a ser más grande. Hoy en día vemos casos en los que se les está pagando [a los venezolanos] una tercera parte de lo que corresponde. Si nosotros prohibimos que trabajen los venezolanos, esa diferencia va a ser mucho más grande de lo que es hoy. Recordemos que el salario mínimo en Venezuela es de 12 dólares mensuales, entonces si prohibimos que trabajen esas personas la brecha en los salarios será más grande y el desempleo para los colombianos será superior. En la medida en que nosotros nivelemos esas condiciones del extranjero, en este caso de los venezolanos, desde el punto de vista laboral vamos a encontrar una cercanía en materia de derecho y pagos laborales, y se dará una nivelación en cuanto a la competencia que debe dar como resultado que colombianos y venezolanos se contraten por igual. Que cuando un empresario quiera contratar a una persona mire las cualidades personales y profesionales, bien sea colombiana o venezolana, y no que lo haga por ganarse unos pesos. Ya tenemos unos 67.000 venezolanos registrados con ese PEP, que son personas que estaban irregularmente en el país, que no podían trabajar por su condición migratoria, y hoy lo pueden hacer, el empresario los puede reportar [al Sistema de Seguridad Social] y eso es lo que buscamos como una forma de darles la mano con una medida a largo plazo, que involucra a estas personas en la vida activa, económica y laboral del país. Dar la mano a veces pensamos que es dar un plato de comida o un techo. Esa puede ser una medida transitoria, pero no es una medida final, que es procurar integrar a esta población en la vida activa del país.

A pesar de los esfuerzos del Gobierno, algunas quejas señalan que a un alto número de venezolanos se les paga sueldos míseros. ¿Qué respuesta hay frente a esas protestas?

Yo no solo recibo quejas, también muchas manifestaciones de gratitud por parte del pueblo venezolano frente a lo que vienen haciendo el pueblo y el Gobierno colombiano, y también gratitud de colombianos que celebran las medidas que hemos venido implementando para darles la mano a estas personas. En cuanto a los pagos que no se ajustan a la ley, Migración Colombia y el Gobierno vienen haciendo varias tareas. A la fecha llevamos 600 empresas sancionadas. Es decir, no solo estamos revisando al extranjero que está trabajando de manera irregular porque, además, tiene atrás una familia a la que alimentar, sino que también estamos revisando al empresario que se aprovecha de esa circunstancia para pagarles menos de los que corresponde, y si es irregular tampoco tiene que afiliarlo al Sistema de Seguridad Social. Entonces, nos hemos enfocado no solo en los extranjeros, que es una tarea propia de Migración, sino también en el colombiano que se está aprovechando de esa situación, y esa ha sido una medida efectiva. Una vez nosotros sancionamos a una empresa por ese motivo, generalmente no lo vuelve a hacer, mientras que si nosotros solamente nos enfocamos en la población extranjera y no en los empresarios, en las personas naturales o jurídicas que los contratan, para evitar que eso se presente.

Algunas estadísticas muestran que la prostitución se ha incrementado en algunas regiones del país y se señala a un número elevado de venezolanas de estar realizando esta actividad.

Nosotros en Migración Colombia no perseguimos ninguna actividad en particular. Nosotros miramos la condición migratoria de la persona, no la actividad que está realizando en nuestro territorio porque no es competencia propia de nuestra actividad. El llamado que hacemos es a ser conscientes de esta situación, que es humanitaria, especialmente en temas de alimentación y salud. En algunos medios vemos que el país con el menor índice de alimentación en el mundo es Venezuela, y pues claramente Colombia es un país vecino con un fuerte arraigo, más que los demás países fronterizos con Venezuela; y el idioma también lo facilita. Estamos ante una situación compleja que no es provocada por Colombia, pero sí estamos llamados, no solo como Gobierno sino como país, a atender esto de la mejor manera. Hoy está en esa situación Venezuela, esperamos nosotros nunca estarlo. No podemos olvidar que en algunos momentos de la historia tuvimos algunos temas de migración hacia ese país. Es un momento importante, histórico para Colombia. Todos los países desarrollados tienen y han tenido historia migratoria. No conozco ninguno que no haya tenido historia migratoria. El gran reto que tenemos como país es afrontar esa gran responsabilidad de la mejor manera, con un sector público cumpliendo sus responsabilidades, como también las autoridades regionales, y el sector privado que debe contratar de manera legal a estas personas. Dar la mano no es pagarles menos de lo que corresponde. Dar la mano es pagar lo que corresponde y ayudar a estas personas que realmente necesitan de nosotros hoy día.

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cortesía Diario Las Americas

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