La lluvia que azotó al parque Simón Bolívar horas antes de la primera misa de las cuatro que celebrará Francisco en Colombia no hizo desistir a los colombianos que acudieron masivamente y demostraron un grande entusiasmo y fervor durante toda la espera.
Comenzó su homilía diciendo que, “Bogotá, y este hermoso país, Colombia, tienen mucho de estos escenarios humanos presentados por el Evangelio” y que Colombia es “una tierra de inimaginable fecundidad, que podría dar frutos para todos”.
Sin embargo, lamentó el papa, “aquí, como en otras partes, hay densas tinieblas que amenazan y destruyen la vida: las tinieblas de la injusticia y de la iniquidad social; las tinieblas corruptoras de los intereses personales o grupales, que consumen de manera egoísta y desaforada lo que está destinado para el bienestar de todos”.
“Las tinieblas del irrespeto por la vida humana que siega a diario la existencia de tantos inocentes, cuya sangre clama al cielo; las tinieblas de la sed de venganza y del odio que mancha con sangre humana las manos de quienes se toman la justicia por su cuenta; las tinieblas de quienes se vuelven insensibles ante el dolor de tantas víctimas”, agregó.