Mikel Irastorza, considerado como uno de los últimos presuntos jefes de la organización separatista vasca ETA, fue puesto este martes en libertad bajo estricto control judicial en Francia, a la espera de su juicio por «asociación de malhechores en relación con una empresa terrorista».
«Ha sido liberado, este martes al amanecer, de la prisión de Fleury-Mérogis (cerca de París) y llegó a la estación de trenes de Bayona (País Vasco francés, suroeste) poco antes de las 14H00 (locales, 12H00 GMT)», indicó a la AFP Mertxe Colina, una miembro de Bake Bidea, colectivo «para un proceso de paz en el País Vasco».
Según Colina, Irastorza porta un brazalete electrónico y está sometido a condiciones estrictas de libertad condicional a la espera de su juicio.
No obstante, la militante no estaba en condiciones de brindar precisiones sobre estas medidas de control judicial, y los abogados de Irastorza no habían podido ser contactados este martes de tarde temprano.
Mikel Irastorza, de 42 años, originario de San Sebastián (Guipúzcoa, España) se encontraba fugado desde 2008 cuando fue detenido en noviembre de 2016 en la casa de una pareja que lo albergaba, en Ascain (País Vasco francés).
En la época, el Ministerio del Interior español lo había presentado como «el más alto dirigente del grupo terrorista ETA que escapaba a la justicia».
En 2015 presuntamente sucedió a Iratxe Sorzabal y David Pla, dos presuntos dirigentes de ETA detenidos en septiembre de ese año en Francia.
ETA (Euskadi Ta Askatasuna, País Vasco y Libertad en lengua euskera), nacida en 1959 en la lucha contra el franquismo, renunció en 2011 a la lucha armada, tras casi 43 años de violencia en nombre de la independencia del País Vasco y Navarra. En total, se le imputan 829 muertes durante ese periodo.
El 8 de abril de 2017 entregó a las autoridades francesas una lista de ocho escondites (zulos) de armas, todos situados en el suroeste de Francia, un gesto saludado por París pero insuficiente para España, que llamó a la organización a autodisolverse.
referencia AFP