La Casa Blanca afirma que el Ejército está preparando un ataque con armas químicas que “resultaría en la muerte masiva de civiles, incluidos menores”.
A menudo se ha utilizado el cloro, pero como tiene una finalidad industrial en Siria, no está prohibido. El cloruro de hidrógeno es un arma rudimentaria que puede ser mortal cuando está altamente concentrado. En dosis bajas, puede dañar pulmones o provocar graves problemas respiratorios y otros síntomas, incluidos vómitos y náuseas.
El uso de este tipo de armas más reciente fue en un ataque en la localidad de Jan Shijún, al norte de Siria, el 4 de abril. Otros ataques anteriores se realizaron en poblaciones cercanas a Alepo, Homs, Idlib y en las afueras de Damasco.
En los ataques de Damasco y Jan Shijún se utilizaron muestras biológicas para confirmar el uso de gas sarín. Laboratorios de la OPAQ e instalaciones gubernamentales en Reino Unido, Estados Unidos y Francia llevaron a cabo los exámenes. Tras los ataques, servicios de inteligencia rastrearon comunicaciones interceptadas que no fueron analizadas en tiempo real y que dieron indicios de que unidades del Ejército sirio se habían preparado con antelación.
Referencia: El Diario