La actriz María Conchita Alonso, una de las protagonistas de Kill’Em All, un nuevo policial con Jean-Claude Van Damme, apoya también la acción fuera de la pantalla y específicamente en Venezuela, donde, según dice, hay que actuar ya, porque «no se puede negociar con el diablo».
«Están matando a los muchachos en las calles», dijo Alonso para explicar que este sábado en la madrileña Plaza de Callao hablará y pedirá firmas de apoyo a una solicitud a la Corte Penal Internacional para que juzgue al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y los otros responsables de la represión en su país.
Alonso, que llegó con «pocos añitos» a Venezuela, donde sus padres, exiliados cubanos, se radicaron, señaló que hablar claro sobre lo que sucede en su país desde que Hugo Chávez llegó al poder (1999) ha afectado a su carrera cinematográfica, porque «Hollywood está lleno de izquierdistas».
Pero dice no importarle, porque ella decidió hace tiempo «ser la voz de Venezuela» y ha hablado hasta en el congreso estadounidense.
Después de Kill’Em All, donde no tuvo que hacer escenas de acción sino «quedarse sentadita» y como investigadora del FBI usar la mente para averiguar la verdad de una trama internacional de intriga y venganza, va a aparecer otras cuatro películas en las que ha intervenido últimamente, una de su compatriota Francisco Lupini.
«He matado a mi marido» es el título de este filme, ya en posproducción, donde también actúa la española Assumpta Serna.
Aunque no es partidaria de una «intervención» en Venezuela, señala que algo hay que hacer para «defender a los muchachos». Para ella, lo que sucede en Venezuela es una «guerra» en la que matan gente a diario y nadie debería «quedarse de brazos cruzados» ante eso.
«La solución no está en el diálogo, no se puede hablar con el diablo», señala tajante esta actriz a punto de abandonar la cincuentena y que se define políticamente como «del centro a la derecha», aunque dice que últimamente no le gusta ningún político ni siquiera los derechistas.
Tampoco le gusta el papa Francisco, de quien dice que solo se le ve contento cuando está con Raúl Castro y otros «dictadores», pero no se le vio la misma cara con el presidente de Argentina, Mauricio Macri, ni con el de Estados Unidos, Donald Trump.
La actriz de Predator 2 y The Running Man, entre otros filmes, piensa que en la situación actual es «una estupidez» dialogar con el Gobierno de Maduro, además de una pérdida de tiempo.
«Si ellos no tienen miedo (los jóvenes manifestantes), cómo voy yo a tener miedo», responde cuándo se le pregunta por qué no teme decir lo que piensa.
«Así soy más feliz y duermo en paz», señala la actriz, quien ya está metida en un proyecto para hacer una «biopic», una serie sobre su vida.
Alonso asegura que no se ha puesto una fecha para su retirada y va a seguir trabajando hasta que le «apetezca».
En Kill’em All, Van Damme tiene como rival en escenas de combate intenso a Daniel Bernhardt, que fue su sucesor en la saga Bloodsport, y además de María Conchita Alonso aparecen Peter Stormare, Autumn Reeser y Kris Van Damme.