El jefe de la diplomacia estadounidense, Rex Tillerson, cerró este martes una gira por América Latina con una fuerte coincidencia respecto a Venezuela, pero con advertencias contra un retroceso en la guerra contra las drogas.
Tillerson se preparaba para partir de Colombia, cerrando su primer viaje oficial a la región, que también lo llevó por México, Argentina y Perú, con lo que describió como reuniones positivas y exitosas con los máximos líderes de esos países.
Encontró en esas escalas apoyo a la oposición de Washington al gobierno del presidente venezolano Nicolás Maduro, al que acusan de violar la constitución para permanecer en el poder en forma ilegítima.
Todas las capitales que visitó prometieron no reconocer las elecciones «ilegítimas» impulsadas por Maduro.
En ese sentido, el colombiano Juan Manuel Santos dijo que «a la grave situación humanitaria que el régimen dictatorial (de Maduro) se niega a reconocer, se suma ahora la convocatoria a elecciones presidenciales, unas elecciones que para nosotros no tendrían validez porque no ofrecen ninguna garantía».
Tillerson se reunió más temprano el martes con el presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, que ayudó a conformar el Grupo de Lima con otras 12 naciones americanas y que busca una salida democrática a la profunda crisis de Venezuela, con una economía declarada en default, severa escasez de alimentos y medicinas y una inflación que el FMI proyecta en 13.000% para este año.
A ello hay que agregarle la crisis política interna y el aislamiento internacional que enfrenta el gobierno de Maduro, con sanciones de Estados Unidos y la Unión Europea.
En ese marco, más de medio millón de venezolanos han abandonado su país.
Tillerson dijo que Estados Unidos evalúa girar recursos a Colombia inicialmente destinados a ayuda humanitaria en Venezuela para hacer frente al flujo de migrantes venezolanos.
«Nuestra posibilidad de (entregar) esa ayuda a Venezuela no ha sido fácil por la situación imperante entonces podríamos redireccionar esa ayuda a los venezolanos que han tenido que venir a Colombia», dijo Tillerson a la prensa en Bogotá.
No obstante, continuará la discusión en torno a la idea de un embargo a las exportaciones de petróleo de Venezuela, que cuenta con las mayores reservas de crudo del mundo, y que podría generar un colapso total de la economía del país.
Tillerson dijo que antes de aplicar semejante medida, habría que pensar más en cómo afectaría al ya sufriente pueblo venezolano y también evaluar como afectaría a las refinerías estadounidenses que procesan el crudo venezolano.
El miércoles, Tillerson hará una escala en Jamaica antes de regresar a Washington, para hablar sobre cómo afectaría a la región del Caribe una detención del subsidiado flujo de crudo venezolano.
– Oferta y demanda –
En tanto, los países visitados por el secretario de Estado renovaron sus promesas de apoyo en la lucha contra el narcotráfico.
«No hay oferta sin demanda, ni demanda sin oferta», afirmó el mandatario, quien añadió que su país «no se ríe» de de la lucha contra las drogas, porque es un asunto de «seguridad nacional», dijo el presidente colombiano Santos en una conferencia de prensa conjunta tras reunirse con Tillerson.
Aludió así a unas declaraciones del presidente estadounidense Donald Trump acerca de que los países «se ríen» de Estados Unidos mientras Washington desembolsa millones en ayuda.
«Nosotros hemos perdido nuestros mejores líderes, nuestros mejores periodistas, nuestros mejores jueces, nuestros mejores policías, en esta guerra contra el narcotráfico», aseveró.
«No hay ningún otro país en el mundo que haya pagado un precio tan alto», subrayó el mandatario colombiano.
Si Tillerson obtuvo -a diferencia de Trump, con sus amenazas y críticas- el apoyo de los líderes extranjeros, tal vez sea porque aceptó la responsabilidad compartida de Washington.
En efecto, el secretario de Estado y Santos estuvieron de acuerdo en que ambos gobiernos tienen responsabilidad compartida: no habría oferta de drogas si no hubiera demanda del mercado estadounidense.
Y en México, Tillerson reconoció que el tráfico de armas estadounidense alimenta la violencia de los cárteles.
– Revertir tendencias –
Pese a que impulsó y saludó la cooperación, Tillerson advirtió que mientras finalmente emerge de la guerra civil, la producción de hoja de coca aumenta en Colombia.
Tras años de lucha contra el narcotráfico con el apoyo de Estados Unidos, Colombia enfrenta un significativo aumento en los cultivos de coca, que alcanzaron niveles récord en medio del proceso de paz con la exguerrilla de las FARC.
Actualmente desarmadas y convertidas en partido político, las FARC han reconocido que usaron recursos del narcotráfico para financiar su alzamiento armado.
«Una de las cosas importantes de esta relación tan estrecha, es que podemos hablar abierta y francamente sobre las cosas que nos preocupan», dijo Tillerson en la conferencia conjunta con Santos.
«El rápido aumento de los cultivos fue una consecuencia de la paz y, como lo ha descrito el presidente, ahora hay que que iniciar el largo proceso para revertir esas tendencias», agregó.
Tillerson no refirió a la amenaza de Trump de cortar la ayuda si los países no consiguen detener el flujo de drogas hacia Estado Unidos, pero advirtió que «nuestra expectativa es que Colombia haga progresos significativos».
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referencia AFP