Alrededor de 2.5 millones de venezolanos han abandonado su país en los últimos años, y esa es la cifra de lugares que quedarán vacíos en las mesas donde se celebrarán las fiestas de fin de año en la nación andina.
La opción serán las pantallas, bien de celulares donde leerán mensajes instantáneos y harán videollamadas, o de computadoras donde se sostendrán videoconferencias, claro, si no hay algún corte de electricidad o falla internet.
Andreína Tarazona es una de las venezolanas que se encontrará en esas circunstancias, luego que el pasado noviembre salió de su casa para cambiarse a Perú.
«Siento como si estuviera en duelo por ese vacío de que ahora ellos no estén”, dijo en declaraciones a la versión electrónica del diario El Nacional.
“Muchos de los que se van lo hacen huyendo. La situación política y económica es insostenible y quiero un mejor futuro para nosotros”, dijo al incluir a su pareja, con quien cambió de país.
Precisamente en Lima fueron recibidos y hospedados por familiares de su pareja, pero saben que «en lugar de ser anfitriones, fungirán como visitantes».
«Van a ser navidades tristes. A las 12:00 faltarán los abrazos y el bochinche con mi familia», agrega,
Debora Lopes y su pareja se encuentran en Santiago de Chile, y recuerda que la temporada navideña la iniciaba desde el 15 de noviembre cuando celebra su cumpleaños.
La principal diferencia es que en Santiago las celebraciones son mucho menos festivas y ruidosas que en Caracas, aunque reconoce que en la capital venezolana estas fiestas se «han ido apagando» en los años recientes.
También existe la situación opuesta, la de aquellos que estarán sin sus familias en Venezuela, pues decidieron quedarse en el país o no pudieron abandonarlo.
La cena navideña habitualmente era de ocho personas, pero tras la diáspora familiar, este año solo estarán tres personas a la mesa: él y dos tíos.
Su situación personal y la economía del país hacen que no le vea sentido preparar una cena navideña, pues no tiene motivo para celebrar y los platillos de esa noche están caros.
De acuerdo al sociologo Tomás Páes, de la Universidad Central de Venezuela, unos 2.5 millones de personas han abandonado el país desde 1999.
Quienes se van lo hacen porque quieren mejorar su calidad de vida, vivir de mejor manera y ya no están dispuestos a vivir como ahora.
Del total de emigrados, 470 mil se encuentran en Colombia. Hoy en día los países elegidos para emigrar son Ecuador, Perú y Chile, pero años atrás eran Estados Unidos, España, Italia y Portugal.
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Salieron de su país buscando un futuro mejor, pero extrañan como nadie a sus seres queridos. Algunos, en medio de la nostalgia, enviaron un mensaje a Maduro.
«Todo el camino me la pasé llorando, pensando en mi familia, más que todo en mi hija», confiesa Mar Chirino, una de las venezolanas en Colombia.
Muchos de ellos decidieron viajar por estas épocas porque temer un nuevo cierre de la frontera.
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