La primera ministra británica Theresa May ordenó el jueves una investigación pública sobre el incendio de un bloque de viviendas sociales de Londres que dejó al menos 17 muertos, entre una indignación creciente de los vecinos.
La «completa investigación pública», que examinará también la acción de las autoridades, servirá para asegurarse de que «esta terrible tragedia es investigada apropiadamente», dijo May a la televisión.
«Se lo debemos a las familias, a la gente que ha perdido a sus seres queridos», estimó May, que este jueves visitó el edificio calcinado en el que los bomberos buscaban a numerosos desaparecidos sin esperanzas de que estén vivos.
Poco antes, el comandante de policía Stuart Cundy anunció que la cifra de muertos había pasado de 12 a 17. «Desgraciadamente, puedo confirmar que el número de muertos es 17», dijo en una declaración a la prensa.
Los cadáveres de los seis fallecidos encontrados al exterior de la torre fueron identificados, precisó, mientras que los cuerpos de las otras 11 víctimas mortales siguen en el interior del edificio.
Según una asociación de ayuda a Siria, uno de los fallecidos identificados es Mohamed Alhajali, un refugiado sirio de 23 años que vivía en el decimocuarto piso del edificio y estudiaba ingeniería civil en la universidad de West London. Su hermano mayor, que estaba con él en el momento del siniestro, sobrevivió y está siendo atendido en un hospital.
«Su sueño era poder volver algún día a su país para reconstruir Siria», indicó esa asociación en un comunicado. «Mohamed había hecho un viaje peligroso para huir de la guerra y la muerte en Siria, antes de conocerla aquí, en Reino Unido, en su propia casa. Mohamed vino a este país por su seguridad y Reino Unido ha fracasado a la hora de protegerlo»