Estados Unidos autorizó una nueva orden en contra del gobierno del presidente Nicolás Maduro y que implica la congelación de activos y bienes del Ejecutivo, lo que reduce el margen comercial de Caracas.
Conozca las implicaciones económicas y políticas para el país las últimas sanciones de Estados Unidos:
¿Qué implica económicamente?
Cualquier empresa podrá ser sancionada si comercia con el gobierno, aunque una licencia excluye las transacciones de alimentos, agroinsumos, medicinas, material hospitalario y ropa, escasos o impagables por una inflación que, según el Fondo Monetario Internacional, cerrará 2019 en 1.000.000%.
Citgo, subsidiaria de la petrolera Pdvsa y principal activo en Estados Unidos, había sido bloqueada con anterioridad, junto con cuentas bancarias y sedes diplomáticas.
La presión incluía el embargo al crudo venezolano, prácticamente la única fuente de ingresos, y la expulsión del sistema financiero estadounidense.
Las sanciones “intentan cerrar las válvulas de oxígeno que el gobierno había conseguido para sobrevivir”, dijo Asdrúbal Oliveros, director de la consultora Ecoanalítica.
Según expertos, Maduro viene triangulando las ventas de petróleo con ayuda de Rusia para eludir las restricciones.
La situación de Venezuela es devastadora: la producción petrolera se derrumbó de 3,2 millones a 1 millón de barriles diarios en una década, mientras la economía se redujo a la mitad desde 2013 y el FMI prevé una contracción de 35% este año.
“El sector privado no asociado al gobierno, en la medida que los bancos no tengan capacidad de discriminar si apoyan o no a Maduro, pueden ver afectadas sus operaciones”, dijo Oliveros.
La orden ejecutiva incluye exenciones que autorizan a la banca pública a transar con franquicias de tarjetas de crédito y débito; el pago de servicios para el uso de internet; ciertas operaciones con bonos de PDVSA y transacciones para mantener operativas a petroleras como Chevron.
¿Y el ciudadano de a pie?
Otra licencia garantiza las remesas que envían los migrantes (3,3 millones de venezolanos salieron del país desde 2016), estimadas en 3.000 millones de dólares para 2019 por Ecoanalítica.
Pero la disponibilidad de bienes y servicios seguirá limitada en un país cuyo sector productivo solo abastece 25% de la demanda, el salario mínimo es de apenas 5 dólares y los subsidios están pulverizados.
Con el agravante de que las importaciones estatales, de 57.000 millones de dólares en 2013, caerían este año por debajo de los 8.000 millones, según Ecoanalítica.
¿Es un embargo tipo Cuba?
No, pues “en Cuba se prohibió cualquier tipo de exportaciones estadounidenses”, dijo el internacionalista Mariano de Alba, refiriéndose al embargo vigente desde 1962, endurecido por Trump y que afecta a los privados.
A diferencia de la isla, añadió, los particulares venezolanos podrán seguir negociando con empresas estadounidenses, aunque algunas podrían abstenerse para no ser sancionadas.
El gobierno venezolano advierte que no se podrán pagar por ejemplo suministros para el sector eléctrico, que controla el Estado y colapsa continuamente.
¿Afecta el proceso de diálogo?
No, según voceros de Maduro y el propio líder opositor Juan Guaidó dijo que la negociación “continúa”.
La vicepresidenta Delcy Rodríguez indicó que aunque las sanciones son una “patada a la mesa” de diálogo en la que media Noruega, el gobierno no se levantará.
La oposición exige nuevas elecciones, pero Maduro lo descarta y plantea un acuerdo de “convivencia democrática” y el levantamiento de sanciones.
¿Dejará Maduro la presidencia?
Pese a la arremetida de Trump, Maduro se aferra al poder con el apoyo de los militares, Rusia, China, Irán y Cuba.
“Es improbable que las sanciones logren un cambio de gobierno, pero reducirán significativamente su capacidad operativa”, opinó Diego Moya-Ocampos, del IHS Markit Country Risk, basado en Londres.
Trump no descarta una intervención militar pero esta opción parece lejana a 14 meses de las elecciones estadounidenses, por lo que el “bloqueo” parece ser su carta.
“Su estrategia es seguir apostando al quiebre militar”, afirmó De Alba, destacando que las sanciones prevén beneficios para funcionarios que den la espalda a Maduro.
Una cuarentena, que Trump también considera e implica un bloqueo naval, “generaría indignación internacional por una situación que no es una amenaza para la seguridad nacional” de Washington, comentó David Smilde, profesor de sociología y estudios latinoamericanos en la Universidad de Tulane.
Referencia: Panorama/JCS