Tulia Monsalve: “Todos los días vas a tener crisis”

Con dos reconocimientos como una de los 100 gerentes más exitosos del país.

Tulia Monsalve: “Todos los días vas a tener crisis”

Graduar a sus hijos de la universidad y expandir su oficina a otros países son parte de los logros que Monsalve desea conseguir.

Conocer a Tulia Monsalve es encontrar la sencillez y cordialidad en una sola persona. Al llegar, ella en persona abrió la puerta de su oficina y… “¿quieren café?”, preguntó.

Estudió Comunicación Social para ser cineasta, pero las circunstancias la llevaron a estar en dos ocasiones entre los 100 gerentes más exitosos del país (2013 y 2016). Con un magister en Comunicación Organizacional de la Universidad Complutense de Madrid (2008), la señora Monsalve comenzó a estar al frente de la empresa Grupo Plus Comunicación Estratégica en la que le trabaja a marcas nacionales como Cines Unidos, MasterCard y DIAGEO. Desde su rincón creativo, en el que continúa siendo fiel a su pasión por el cine, Tulia Monsalve nos atendió diciendo “ustedes pregunten, yo estoy en sus manos”:

Eres esposa, madre e hija, y además profesora, ¿cómo logras tener el equilibrio necesario para que todo fluya de la mejor manera?

(Suspira) Yo siento que la vida de una persona es integral, entonces hay que conciliar el tema familiar con todo lo que puede ser el crecimiento profesional. Cuando, además, uno decide tener varios roles, esos roles tienen que ser todos compatibles porque somos la misma persona que está en rol de madre, de esposa, de hija, de profesor universitario, del consultor, de jefe, de cliente… Todo eso debe tener una estructura, o así lo veo yo, y es una estructura basada en los valores de la persona. Esos valores de la persona son los que hacen que puedas ser íntegro y que puedas ser siempre el mismo… La misma Tulia que vas a ver acá va a ser la misma que está en casa, la misma que está con sus amigas, la misma que está en todos los lugares. Siempre integrando todo y, con una cosa muy importante, que es el valor básico del ser, del respeto al otro y de poder darle a cada espacio de tu vida un momento especial para poder ser lo mejor de ti en ese espacio particular. Pero yo no lo veo como constructos separados, sino lo veo como una integración general ¿qué quiero decir con eso? Si, por ejemplo, yo no tuviera la familia que tengo, a lo mejor no estaría tan feliz como estoy; si no estuviera tan feliz como estoy, no pudiera hacer reír a mi equipo; y si a mi equipo no lo hago reí y no me hacen reír, a lo mejor yo no podría estar con el mismo humor para afrontar todo lo que está pasando en la calle, para ser creativa y poderle brindar soluciones a los problemas que tienen los clientes. Entonces todo es como un engranaje. Y cuando tienes esos espacios en armonía pues la cosa va fluyendo.

¿Cómo sería una crisis en la vida de Tulia?

Todos los días (sonríe), todos los días hay como pequeñas crisis. Pero digamos que esas pequeñas crisis yo las veo como desafíos o retos que hay que solventar y que hay que seguir. Lo que es importante es no concentrarse en esos pequeños escollos en el camino, sino concentrarte en la visión que tienes más a largo plazo. Todo el día vas a tener problemas, todos los días vas a tener crisis y hay que ir de alguna manera sobrepasándolas. Y la única forma de poder sobrepasarlo es tener una visión clara de hacia dónde quieres ir y dónde quieres llegar.

Tienes una colección de figuras de películas ¿se debe eso a tu pasión por el cine?

Sí… porque a ver (voltea y mira la colección que tiene detrás de su escritorio) … yo he coleccionado como dos cosas en mi vida. Cuando estaba en bachillerado coleccionaba latas de Coca-Cola y tuve una colección inmensa de latas de Coca-Cola. Todas las ediciones especiales del Mundial; todas las latas de Coca-Cola que pude recolectar por amigos que viajaron. Y era una colección inmensamente grande, muy, muy grande. Era porque me llamaba mucho la atención el poder de la marca y lo que podía comunicar una marca como esa. Y me encantaba. Entonces, todo ese diseño de latas era para mí emocionantísimo. Vivía “cazándolas”.

Mi cuarto en aquella época comenzó a ser latas, latas y latas… y todas eran diferentes. Coca-Cola sacaba en el Mundial de Fútbol las latas con cada país que participaba y me dedicaba durante todo el mundial, mientras la gente estaba cantando “gol”, a conseguir alguna lata (ríe). Y si tú te estabas tomando una lata te decía -pone voz ronca con aspecto de mala-: “termínatela, dámela”, e iba y la lavaba para la colección. Después de eso, pues sí, me llama mucho la atención las figuras pop, los muñecos de películas. Estas figuras se llaman “filmation” (y toma una), son figuras de colección de Disney y representan, con el mismo formato, el cuerpo de Mickey Mouse, con diferentes personajes de Disney. Entonces, se van coleccionando y tienen una particularidad: tú compras la caja, esta es una edición especial, por ejemplo, compras la caja y no sabes qué viene adentro, no sabes qué figura te va a tocar. Y hay personas que hacen intercambios de los muñequitos por ello. Yo no llego hasta ahí (sonríe colocando la figura en su lugar). Si me toca uno repetido, allí en la misma tienda lo puedes cambiar. Pero sí, me dio por ahí.

 

DIAGEO, uno de tus clientes, sacó hace poco una campaña llamada “Jane Walker” que hace referencia al empoderamiento de la mujer y que demuestra que la mujer, a pesar de todo, sigue trabajando y puede estar al frente, ¿qué significa eso para ti que en este momento estás al frente de una empresa importante en el país?

Mira, yo creo que ese tema de la distinción de género en Venezuela es bien particular, porque aquí hay muchas mujeres trabajando y quizá no es lo regular en otras partes del mundo; pero acá las mujeres tienen bastante control y bastante poder. De hecho, la presidente de DIAGEO es mujer. Es la única en Latinoamérica y viene además de haber sido la country manager de Kellogg’s. Es decir, que son mujeres súper importantes y que manejan industrias. Porque nosotros, por ejemplo, aquí en el área corporativa estamos trabajando con servicios y conocimientos, pero allí es una industria con obreros, máquinas… al mando de una mujer. Otro de nuestros clientes es MasterCard, y la actual country manager de ellos, de la franquicia de tarjetas de créditos más importantes del país, es una mujer. Y qué es lo que creo, que básicamente las mujeres tienen elementos que aportar al mundo gerencial. Es un poco esa intuición y ese sentido femenino de cuidar los detalles, que es muy importante; y no es que los varones no lo tengan, pero las mujeres aportan también cierta sutileza que hace que su gestión sea distintiva. Yo lo veo adicionalmente por el valor de la familia, es importantísimo para mí y es algo que cuido en mi equipo de trabajo: tú debes ser capaz de dar lo mejor de ti en la oficina, de aportar siempre una solución, de ser creativo, pero debes tener además una vida detrás del trabajo. Esa gente que se dedica cien por ciento al trabajo y no hace más nada, yo le diría “¡búscate una vida!”. Porque hay muchas cosas que hacer de aquí en delante. Una de las cosas que yo le pregunto a quién se va a unir acá es qué “hobbies” tiene, qué le gusta hacer el fin de semana… no por ser intrusa, sino porque me interesa que tengas algo más allá. Porque si tu vida son estas cuatro paredes, no me vas a aportar nada, no serás nada creativo y no vamos a salir de esto si tenemos un problema. Necesitamos ver más allá. Yo necesito que a ti te guste, no sé, hacer excursiones, te guste montarte en un barquito, hagas origami o te fascine el cine… o sea, algo. Porque si no la vida no es completa. ¡Que tengas vida familiar y que hagas ejercicio!

¿Crees que este equilibrio de familia-trabajo-academia ha sido importante para ser reconocida en dos ocasiones entre los 100 gerentes más exitosos del país?

Y suerte (risas). Creo que… no me corresponde a mi decirlo. Ese tipo de cosas me dan una pena horrible. Yo soy la peor vendedora de mi misma que hay, la peor. A mí me das un cliente vuelto fruta y yo lo pongo a valer, y lo pongo en la cima. Tú me dices a mí “Tuli, véndete”, y a mí me da una pena espantosa. Ese tema de los “Gerentes 100” yo siempre digo que alguien decidió y yo no sé por qué, pero definitivamente gocé un montón cuando sucedió porque son noticias chéveres. Por ejemplo, la primera de esas distinciones fue importante porque estábamos compitiendo con gente muy consolidada en la industria, con gente grande. La segunda, era un entorno país muy complicado, había sido un año muy terrible desde el punto de vista de gerencia de crisis, de estrategias, trabajo súper rudo, no era un año de haber realizado trabajo de relaciones públicas como lanzamientos y desfiles; sino que había sido rudo por levantar crisis, de gestionar problemas internos en las empresas. Y de repente finalizando el año, como en noviembre, la Revista Gerente decide hacer un evento muy especial: reunión a los 100 líderes sociales, a los 100 líderes gerenciales y a los 100 líderes políticos. Hizo un evento gigantesco, y fue muy sorprendente porque el país uno piensa que no da para eso y el evento estaba full de gente. Y en esa oportunidad pudimos ganar esa distinción. Yo creo que es importante, pero no por el ego que signifique para mí haber ganado eso, sino porque yo tengo un equipo al cual una de mis mayores responsabilidades es dar el ejemplo y ser, entre otras cosas, buena persona. Y buen profesional. Y siempre dar la milla extra. Y siempre hacer más cosas. Entonces, el hecho de que te distingan con eso es algo que probablemente motiva al equipo a seguir. Y a seguir haciéndolo bien. Porque si no tuviera el equipo que tengo yo no hubiera podido ganar eso.

¿Qué es el éxito para Tulia?

La definición de éxito para mí no soy yo, la definición de éxito para mí es lo que yo puedo hacer por otros.

Hacer por otros involucra tu labor como profesora…

(Asiente).

¿Cómo es Tulia como profesora universitaria?

Creo, otra vez, que eso les corresponde a mis alumnos. Pero sí te puedo decir de todo corazón que siento un profundo respeto por la universidad, por lo que es la institución universitaria. Para mí eso es sumamente importante. Es la institución educativa la que puede ayudar al país a salir adelante, no en esta circunstancia, sino en cualquiera. Y por qué lo digo, porque la mayoría de las personas se plantea el estudio de bachillerato quizá como una meta y realmente es el estudio universitario lo que termina de formar a un profesional maduro que va a ir a enfrentar las problemáticas en la calle. Y si además nosotros podemos motivar a la gente a que culmine su carrera y haga un postgrado, yo creo que la vida está redonda.

Es importante dar, pero también recibir ¿cuál es ese momento para nutrirte?

Mira, yo leo mucho. Estoy suscrita a varios blogs que me permiten tener lecturas. E igualmente sigo a personajes muy icónicos que están haciendo cosas muy creativas en el mundo entero. Pienso que estamos pasando por una situación compleja y crítica en Venezuela, y sentimos que no hay mucho espacio para la creatividad, aunque la creatividad la tenemos que ejercer de una manera diferente; pero estoy convencida que tenemos que ser “anti frágiles”. Y eso significa que más allá de la resiliencia debemos estar pensando en qué es lo que vamos a hacer. Y para hacerlo tenemos que visualizar qué otras experiencias hay. Entonces, es mirar esos ojos que son expertos y que marcan las pautas en otros mercados y situaciones diferentes; y pensar que puedes tomar de cada uno. Y así puedo ir manteniendo esa formación.

¿Cuál es tu consejo de siempre para las personas que amas y las has encontrado en un momento de crisis personal?

Mi consejo siempre va a ser que “no te pares, mantente caminando, haciendo, pensando, creando”; porque en el momento en que te paras, pierdes. Y lo otro es, “todo va a pasar”: nada te turbe, nada te espante. Todo se pasa. Dios no se muda (recita)… El secreto está en tener disciplina y perseverancia, porque es difícil. El que se dedique a trabajar periodismo, no va a conseguir fuente; el que se dedique a trabajar en audiovisual, no le va a llegar la musa en el primer momento para hacer la mejor toma. La vida es corta, pero es fructífera si uno se dedica a concentrarse en tolo lo que quiere lograr y hacer.

¿Qué le falta lograr a Tulia después de todo este tiempo?

De todo (se ríe).  Si te hago la lista, te vas a poner a llorar… (más risas).  Me falta graduar a mis hijos de la universidad y verlos siendo un agente de bien. Eso me falta, y eso quisiera poder lograr. Me falta hacer una expansión de mi oficina a otros mercados, pero es muy complejo. Lo hemos intentado, pero no ha sido fácil. Sin embargo, es algo que seguiremos intentando. Eso es algo que me falta… ¡eso lo tengo que hacer!

Era media mañana y Tulia Monsalve continuó en su oficina creando y gestionando crisis, un oficio que no fue el que soñó de niña, pero que el camino -y las crisis- le mostraron que era su Norte.

 

Si quieres recibir esta y otras noticias en tu celular descarga la aplicación Telegram, ingresa a este link https://t.me/melaoypapelon y dale clic a +Unirme. Desde ese momento estarás informado de todo lo que pasa en el mundo

Escrito por:

Desire Santander

@desiresantander

 

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí