Santos reclama al mundo corresponsabilidad en la lucha antidrogas

El 14 de abril de 2012, en plena Cumbre de las Américas, el presidente Juan Manuel Santos pronunció ante el pleno de los países presentes en ese encuentro regional en Panamá: “A pesar de todos los esfuerzos, tenemos que reconocerlo. El negocio de las drogas ilícitas sigue pujante, la drogadicción en la mayoría de países es un grave problema de salud pública, y el narcotráfico continúa siendo el principal financiador de la violencia y del terrorismo. Es necesario iniciar una discusión que contemple los diferentes escenarios y las posibles alternativas para enfrentar este desafío con mayor efectividad”.

Era la antesala del debate que lideraría Colombia -junto a Guatemala y México- cuatro años más tarde en la Sesión Especial de la Asamblea General de la ONU sobre las drogas. Cuando Santos llegó a la sede de Naciones Unidas, en Nueva York, ya había un proceso de paz avanzado y a punto de someterse al escrutinio de los ciudadanos. En esas 310 páginas -refrendadas más tarde por el Congreso- se le dio un capítulo especial al problema global contra las drogas, se planteó una mirada desde la perspectiva de salud pública, iniciativas con posterior desarrollo legislativo y, en últimas, se destacó que, con una guerrilla desarmada, el Estado tendría más dientes para hacer frente a este flagelo.

Por eso, con el argumento de que la nueva lucha contra las drogas recién está comenzando, el primer mandatario entregó este martes un reporte sobre las políticas que lideró su gobierno en estos ocho años y que están en el ojo del huracán por cuenta de las cifras que entregó la Casa Blanca sobre el aumento de cultivos considerados de uso ilícito en Colombia. “Era necesaria una política integral que tuviera en cuenta a los diferentes eslabones de la cadena del narcotráfico”, dijo Santos. Y recalcó que el país, tal vez como ningún otro, es el que más vidas humanas ha sacrificado en una lucha contra las drogas que ya fracasó. “Ensayar una estrategia gracias al Acuerdo de Paz puede ser una solución estructural al problema de los cultivos ilícitos”, dijo.

Y entonces recordó que, junto al gobierno norteamericano, como lo ha reconocido el embajador de ese país en Colombia, Kevin Whitaker, se lanzó un plan cuya meta es que a cinco años se debe haber reducido a la mitad el número de hectáreas cultivadas con ilícitos. Es decir, pasar de las 209.000 a menos de 105.000. “Si funciona, vamos a poder dejar de ser el primer productor de cocaína del mundo, al que tenemos que darle tiempo para que produzca los resultados, que este año puede significar que 110.000 hectáreas de cocaína dejen de existir en la faz de Colombia”.  Lo anterior, dado que este año, según Santos se lograrán erradicar 70.000 hectáreas sumadas a las arrancadas de manera forzosa que ascienden a 53.000 hectáreas.​

Para ello, el presidente Santos reiteró -como lo dijo el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, este lunes-, que la lucha contra las drogas irá acompañada de apoyos tecnológicos como el uso de drones, lo que no significa el regreso de la aspersión aérea con glifosato, manteniendo las recomendaciones de la OMS. “Discutimos la utilización de los drones, que por su altura se asimilan a una aspersión terrestre, no aérea, y se ha hecho una serie de planes pilotos que le han dado pie al Ministerio de Salud y de Ambiente para decir que cumple con las condiciones de para poderla autorizar”, explicó. Este plan se asemeja, entonces, al que ejercen los erradicadores con tanques al hombro por los cultivos de hojas de coca.

En sentido, el primer mandatario recordó que la aspersión aérea se suspendió en 2015 por una decisión de la Comisión Nacional de Estupefacientes, por cuenta de los estragos que generaba dicho herbicida. Los fuertes vientos hacían que la sustancia -con efectos cancerígenos- se regara por otros lugares distintos a los cultivos ilícitos. “Acá va a ser más concentrado y la concentración en la utilización de los drones va a ser del 50% de lo que se utilizaba anteriormente”, añadió el jefe de Estado. Recordó, al mismo tiempo, que la lucha contra las drogas tiene un elemento de corresponsabilidad entre los países productores y consumidores, como Estados Unidos.

Incluso, a las cifras que entregó la Casa Blanca respondió que el mismo gobierno norteamericano ha reconocido que el consumo de cocaína ha aumentado, entre el 2013 y 2017 un 81%. “Ahí también hay una corresponsabilidad, por eso siempre hemos dicho que esta lucha no es solamente de Colombia. Los países consumidores también tienen la obligación de reducir el consumo, atacar las organizaciones de tráfico de drogas y lavado de activos y las que distribuyen la cocaína en sus propios países”. Las alternativas más eficientes para hacerle frente, dijo Santos, implican darle un enfoque de salud pública y con mayor respeto por los derechos humanos, por lo que agregó que esa lucha la emprende Colombia por su propio bienestar, y lo afirmó de manera enfática. “Esto lo hacemos por nuestra propia seguridad, no porque nadie nos lo esté imponiendo. Pero también reclamamos con la misma vehemencia que el resto del mundo también se comprometa con igual vehemencia a la lucha contra el narcotráfico porque esto es un problema a nivel mundial”, aclaró.

Las cifras del gobierno

Durante la sesión 69 del Consejo Nacional de Estupefacientes, Santos entregó un balance sobre la forma en la que las autoridades han venido perpetrando ataques contra las organizaciones criminales dedicadas al narcotráfico. Dijo que van incautadas 2.000 toneladas de cocaína pura, 342 toneladas de base de coca, 5.500 toneladas de hoja de coca, más de 2.300 toneladas de mariguana, más de 3.500 kilos de heroína, 35 millones de galones de insumos líquidos y más de 240 toneladas de insumos sólidos.

Respecto de las solicitudes de extradición hacia otros países por delitos relacionados son tráfico de drogas, aseguró que fueron enviadas a otros países (principalmente a Estados Unidos), a 1.156 personas. Y aprovechó para anunciar que ya se está coordinando con la Fiscalía la entrega colectiva de los miembros del Clan del Golfo, cuya medida la permite el recién aprobado proyecto de sometimiento de las bandas criminales a la justicia ordinaria. Finalmente, indicó que hay zonas críticas en donde se ha aumentado el número de cultivos de coca y en donde, a raíz de ello, se han creado cuatro centros estratégicos operacionales. Las zonas son Tumaco, San José del Guaviare, Caucasia y Catatumbo.

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referencia: el espectador