Nadal devuelve el golpe a Thiem y agranda su leyenda en Roland Garros
Puntual a su cita con la gloria como cada mes de junio en once de los últimos catorce años, el español Rafa Nadal, número 1 del mundo, se coronó campeón por undécima vez de Roland Garros al derrotar al austríaco Dominic Thiem (8º), devolviendo el golpe al único tenista que le había vencido sobre tierra batida en 2017 y 2018.
Si Thiem había hecho morder el polvo de ladrillo al mallorquín tanto en el Masters-1000 del Roma de 2017, como en su homólogo de Madrid hace menos de un mes, cuando la lo que estaba en juego era la Copa de los Mosqueteros volvió a aparecer el Nadal implacable y prácticamente imbatible en un torneo en el que acumula 86 victorias y sólo dos derrotas.
Nadal, a pesar de sufrir molestias en su mano izquierda durante el tercer set, sumó el 17º Grand Slam a su palmarés al imponerse al austríaco 6-4, 6-3, 6-2 en 2 horas y 42 minutos de partido.
Nadal está ya a sólo tres títulos de Grand Slam para igualar al suizo Roger Federer como el tenista con más torneos ‘mayores’ de la historia. A su favor juegan sus 32 años.
– Algo casi único –
«Es algo casi único. No me gusta decirlo a mí, pero ha pasado, y estoy agradecido a la vida por ello. Ganar once veces aquí es mucho», se congratuló el número 1 del mundo en conferencia de prensa.
Un primer juego casi en blanco y un break en el segundo sirvieron a Nadal para marcar el terreno en una Philippe-Chatrier a rebosar, con personalidades como Zinedine Zidane, Gustavo Kuerten y Pau Gasol testigos directos del éxito del mallorquín.
Thiem respondió con rotura de servicio en el siguiente y fueron sucediéndose los juegos alternativamente hasta el 5-4 en el que el mallorquín realizó su segundo break para apuntarse el set en 57 minutos.
La tónica de lo que parecía iba ser un partido maratónico cambió a partir de entonces.
En el segundo parcial al tenista de Manacor le bastó con un trabajado break en el segundo juego para encarrilar el partido.
– Thiem decepcionado –
Un Thiem con la decepción reflejada en su rostro se vio incapaz de derrotar por primera vez a Nadal en un partido a cinco sets, y ahora el balance entre ambos es de 7 victorias a 3 favorable a Nadal.
Ni siquiera unas molestias en su mano izquierda que precisaron en varias ocasiones de la asistencia del médico y el fisioterapeuta durante el tercer hicieron aflojar el ritmo al español, que cerró el set definitivo aún con más solvencia que los dos anteriores. Ello a pesar de las cinco bolas de partido a las que le obligó el austríaco.
Nadal recordó el momento de tensión que le supusieron los calambres en su mano izquierda en el tercer set: «En aquel momento de tensión claro que piensas (en abandonar), pero no te voy a engañar, no me hubiera ido de la pista. Tenía dos sets de margen para que se me pasara».
«Thiem debe estar un poco decepcionado con juego», afirmó el australiano Ken Rosewall, ganador de ocho títulos de Grand Slam, dos de ellos en Roland Garros (1953, 1958), y homenajeado este domingo en París.
«Recuerdo cuando tú ganaste aquí en 2005, tenía once años y lo vi por la tele. Sinceramente nunca imaginé jugar una final contra ti», declaró Thiem todavía sobre la pista.
Nadal, que cierra el torneo con sólo un set en su contra, el que se llevó el argentino Diego Schwartzman en cuartos de final, vuelve a inscribir su nombre en el palmarés de un torneo que conmemoró este domingo antes del partido el centenario de la desaparición del emblemático aviador que le da nombre.
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referencia AFP