En la Misa Crismal, con la que se abre el Triduo Pascual de la Semana Santa, el Papa Francisco instó a los sacerdotes a “salir del clericalismo” y a no vivir buscando el “consenso a toda costa”.
“El Año Jubilar representa así, para nosotros los sacerdotes, un llamado específico a recomenzar bajo el signo de la conversión. Peregrinos de esperanza, para salir del clericalismo y convertirnos en anunciadores de esperanza”, aseguró el Santo Padre en la homilía que preparó para la Misa del Jueves Santo, celebrada en su lugar por el Presidente Emérito de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA), el cardenal italiano Domenico Calcagno.
El Pontífice, de 88 años, sigue mejorando de sus problemas de salud, tanto desde el punto de vista de la movilidad como de la respiración y de la voz, pero ha optado por delegar en cardenales de la Curia las principales celebraciones litúrgicas de Semana Santa.
“El pastor que ama a su pueblo no vive en búsqueda de aprobación y consenso a toda costa”, afirmó en la homilía que pronunció el prelado italiano ante cerca de 4.300 personas.
En esta celebración, los sacerdotes renuevan ante el obispo las promesas que hicieron el día de su ordenación.
Se llama Misa Crismal porque incluye la bendición de los santos óleos, que servirán a lo largo del año para impartir los sacramentos de la confirmación, la unción de los enfermos y la ordenación sacerdotal. El cardenal Calcagno la ha celebrado en la Basílica de San Pedro, ante cerca más de 1.800 sacerdotes que renovaron sus promesas simbólicamente ante su obispo, el Papa Francisco.
Por otro lado, el Papa Francisco pidió a los presbíteros que no caigan en el desánimo porque “Dios nunca falla”. “Al llamarnos a su misión y al insertarnos sacramentalmente en su vida, Él también libera a otros a través de nosotros”, agregó el Santo Padre.
El Pueblo de Dios quiere participar
“Es el Reino de Dios, ese que narran las parábolas, eficaz y discreto como la levadura, silencioso como la semilla”, explicó, tras hacer hincapié en que el Pueblo de Dios espera “la restitución y la remisión de deudas”, así como “la redistribución de responsabilidades y de recursos”.
con referencia ACIPRENSA