Tuvo una obsesión, el color, con una obra viva en las calles de ciudades como París, Londres, Nueva York y su natal Caracas. Venezuela celebró este jueves el centenario del natalicio de Carlos Cruz-Diez, un hombre que hizo historia en el arte moderno.
Cruz-Diez protagonizó desde este país caribeño, junto con otros artistas como Jesús Soto o Juvenal Ravelo, una poderosa corriente en el cinetismo. Sus “fisicromías”, mezclas de colores que danzan al ritmo del movimiento del observador, se convirtieron en símbolos del “op art” o arte óptico.
“Tiene una invención: la metamorfosis del color. Ocurre con el desplazamiento del espectador, con gamas de colores que no se perciben si estás estático frente a la obra. Una vez empieza el movimiento, ocurre la metamorfosis”, comentó hace unos años a la Ravelo, discípulo y amigo del maestro.
Un bus que emula un tranvía inauguró este jueves, a manera de homenaje, un recorrido por las obras de Cruz-Diez en Valencia (estado Carabobo, centro-norte). Los colores se reflejan en los anteojos oscuros de los asistentes, que toman fotos con sus celulares.
“Qué mejor excusa que su centenario para acercar al ciudadano a estas obras, para conocerlas con un poquito más de profundidad, para relacionarnos con el espacio público y también como una forma de promover la conservación de todo ese patrimonio”, dice a la Eduardo Monzón, coordinador de la iniciativa Más Valencia, que organizó el tour.
con referencia el espectador