Al menos dos personas resultaron muertas y una herida, en la tercera noche consecutiva de protestas raciales en Kenosha (Wisconsin) desde que el domingo un agente policial disparó siete veces en la espalda al afroamericano Jacob Blake, informó este miércoles la policía local.
El boletín policial indicó que los agentes respondieron a llamadas de alerta después de que varios individuos armados dispararon contra los manifestantes cerca de una estación de gasolina en esa ciudad, al sur de Milwaukee, mientras Blake, de 29 años, permanece hospitalizado en estado grave.
Los videos difundidos en las redes sociales muestran lo que parece fue una confrontación entre manifestantes y un grupo armado que decía estar protegiendo propiedades privadas.
Después de entrar en efecto un toque de queda, impuesto desde las ocho de la noche por las autoridades municipales, la policía empezó a dispersar a los manifestantes congregados en un parque frente al edificio de tribunales del Condado de Kenosha hacia la calle Sheridan, donde ocurrió el incidente armado.
El jefe de la policía del Condado de Kenosha, David Beth, dijo a la prensa que su departamento investiga si el tiroteo fue resultado de un enfrentamiento entre los manifestantes que protestaban por la muerte de Blake y un grupo de hombres armados que al parecer protegían algunas tiendas.
Beth añadió que las autoridades buscan a un hombre, cuya imagen aparece en videos de testigos, que machaba por la calle portando un arma larga.
Blake, padre de seis niños, fue tiroteado por la policía casi exactamente tres meses después de la muerte, bajo custodia policial, de George Floyd en Mineápolis (Minesota), un incidente que desencadenó protestas multitudinarias y disturbios con incendios y saqueos en varias ciudades de todo el país.
Los reiterados incidentes en los cuales afroamericanos desarmados mueren a manos de la policía han dado ímpetu al movimiento «Las vidas negras, importan», que este año se ha combinado con el malestar social por la pandemia de COVID-19 y la crisis económica que ésta ha provocado, dejando a millones de personas sin empleo.
Un policía disparó el domingo a quemarropa por la espalda a Blake cuando éste se alejaba de ellos, sin aparentemente representar una amenaza, y abría la puerta de un vehículo SUV donde estaban sus tres hijos menores de edad, en una escena que fue captada por las cámaras de los teléfonos móviles de testigos.
El tiroteo ocurrió, después de que los agentes acudieran en respuesta a una llamada que habían recibido sobre un incidente doméstico.
En semanas recientes, cuando han continuado las protestas que son, por lo general, pacíficas durante el día y en ocasiones se tornan violentas durante la noche, grupos de civiles armados también se han presentado en las calles confrontando a los manifestantes que reclaman «justicia racial».
El diario The Washington Post indicó que, desde el comienzo de las protestas en Kenosha, este martes, era evidente la presencia de civiles armados entre los manifestantes, algunos con fusiles tipo AR-15, cuchillos y chalecos antibala.
Al igual que otros, Dennis, de 22 años y domiciliado en Racine (Wisconsin), dijo que estaba allí con su pistola para protección personal y la de otros manifestantes.
«Nada va a cambiar. Todo esto es para nada», aseguró Dennis, según el Post.
Los residentes de Kenosha habían pasado buena parte del martes limpiando las calles cubiertas por los restos de vidrieras destrozadas e instalando planchas de madera para proteger los comercios.
«Mi hijo sigue luchando por su vida y lo que realmente necesitamos son oraciones», dijo a la televisión Julia Jackson, la madre de la víctima. «Cuando venía, cruzando la ciudad, vi muchos daños. Eso no refleja a mi hijo o a mi familia», agregó.
La mujer agregó que lo que necesita la comunidad es restañar las heridas y que reza porque su hijo «sane física, emocional y espiritualmente. También he estado rezando antes de esto porque nuestro país sane sus heridas», aseguró.
Por su parte Jacob Blake, el padre del joven herido, quien se teme que de salvarse quede paralítico, dijo que la policía le disparó «siete veces, siete veces, como que él no importaba».
«Pero mí hijo sí importa», añadió. «Es un ser humano, y él importa».
Después de que la policía, utilizando un megáfono, advirtiese a los manifestantes la pasada noche de que estaban reunidos de manera ilegal, los agentes dispararon gases lacrimógenos y decenas de ellos, con equipo antidisturbios, emergieron del edificio de tribunales para dispersar a la multitud.
Un grupo de medio centenar de agentes permanece custodiando el edificio oficial, que ya había sido atacado la noche anterior, según relató la cadena de televisión CNN.
Por su parte, la cadena Fox aseguró que se han oído disparos en la zona, un tiroteo que fue confirmado por la policía aunque no ofreció más detalles sobre sus consecuencias o si hubo víctimas.
Se espera que decenas de miles de personas se congreguen el viernes frente al Monumento a Lincoln, en Washington DC, para conmemorar la Marcha sobre Washington de 1963, durante la cual el líder de los derechos civiles Martin Luther King pronunció su famoso discurso «Tengo un sueño».
Quieres inteactuar con nosotros y recibir esta y otras noticias en tu celular descarga la aplicación Telegram, ingresa a este link https://t.me/melaoypapelon y dale clic a +Unirme. Desde ese momento estarás informado de todo lo que pasa en el mundo.
con referencia Efe