A propósito de su visita a Rumanía, el Papa Francisco invitó a la minoría católica de ese país a vivir su fe y los alentó a convertir los rencores actuales y antiguos en oportunidades de comunión entre todas las distintas identidades sociales y religiosas de la nación.
Durante su segundo día de visita al país europeo, el sumo pontífice se dirigió a la localidad de Transilvania, en dónde se condensa la mayor parte de los católicos rumanos, y ofició una ceremonia religiosa Santuario Mariano de Sumuleu-Ciu, ante miles de fieles. En la misa, el principal representante de la Iglesia católica recordó la necesidad de los pueblos de integrarse, pese a sus distinciones religiosas.
Además, en su homilía manifestó que un hecho relevante que simboliza la multiplicidad de creencias existentes en Rumanía es la visita a los diferentes templos de veneración de las distintas creencias, pero aún en la diversidad es posible encontrar la fraternidad.
“Los complejos y tristes acontecimientos del pasado no se deben olvidar o negar, pero tampoco pueden constituir un obstáculo o un motivo para impedir una anhelada convivencia fraterna”, señaló.
De igual forma, Francisco sostuvo que “peregrinar significa sentirse convocados e impulsados a caminar juntos pidiéndole al Señor la gracia de transformar viejos y actuales rencores y desconfianzas en nuevas oportunidades para la comunión”.
Asimismo, convocó a descubrir y transmitir la mística de vivir juntos, sin temosa mezclarse, encontrarse y ayudarse, llamado que realizó en el corazón de Rumania, una nación cuya minoría católica sufrió una intensa persecución del régimen comunista y de miembros de la Iglesia Ortodoxa.
Posterior a la Eucarístia, y entre las actividades emprendidas por Su Santidad en su visita a Rumanía, Francisco se dirigió a la ciudad de Lasi, enla Moldavia rumana, para bendecir la Catedral Santa María Reina en donde se encuentran los restos del beato Anton Durcovici, mártir del régimen comunista. En el lugar bendijo una de las piedras que conduce hasta la población española de Santiago de compostela.
De igual forma, visitó el Palacio de la Cultura, donde fue recibido por múltiples jóvenes, y en el que uno de ellos le expresó la aflicción que le infringe tener que profesar su fe en medio de tantas provocaciones. Ante esto, el Papa exhortó al pueblo rumano creyente a no «encerrarse ni aislarse» ante el resto de las personas y a no desanimarse.
Luego de culminar con sus actividades, el Papa se dirigirá a la Nunciatura Apostólica de Bucarest. Se tiene previsto que su viaje, el número 30 de su pontificado, concluya este domingo.
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