Rusia y EE.UU. se endurecen sus sanciones mutuamente.
Moscú prometió una «respuesta dura» a las nuevas sanciones estadounidenses impuestas a empresarios y funcionarios de los más influyentes de Rusia, tras la crisis diplomática provocada por el envenenamiento del ex espía Sergei Skripal.
Estados Unidos impuso importantes sanciones contra 24 rusos, golpeando a los aliados del presidente Vladimir Putin en uno de los movimientos más agresivos de Washington para castigar a Moscú. Esta acción es unar espuesta a la su supuesta intromisión en las elecciones estadounidenses de 2016 y otras “actividades malignas”, como calificó Washington.
La acción, tomada bajo la presión del Congreso de los Estados Unidos, congela los activos estadounidenses de siete oligarcas, incluyendo al magnate del aluminio Oleg Deripaska, un asociado cercano de Putin, y al político Suleiman Kerimov, cuya familia controla al mayor productor de oro de Rusia, Polyus.
Las sanciones a Deripaska repercutirán en todo el mundo porque su imperio tiene alcance global y esta asociado con importantes multinacionales, incluido el fabricante de autos alemán Volkswagen.
Las sanciones responden mayormente a lo que las agencias de inteligencia estadounidenses han asegurado que fue la interferencia rusa en las elecciones presidenciales, aunque el Departamento del Tesoro las pintó como una respuesta a una serie de “acciones adversas” de Moscú.
Relaciones que se complican
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha sido blanco de críticas, incluso de sus colegas republicanos, por no tomar medidas firmes contra Rusia después de una serie de disputas diplomáticas que recuerdan la era de la Guerra Fría y por hacer demasiado poco para castigar a Rusia por la supuesta intromisión electoral. Paralelamente, desde el Kremlin han negado toda acusación de haberse amañado el resultado de las elecciones que llevaron a Donald Trump a la presidencia estadounidense.
Las relaciones, que Trump y Putin han querido acercar, más bien empeoraron recientemente cuando EE.UU. expulsó a diplomáticos rusos por el caso de envenenamiento a un ex espía ruso en Gran Bretaña e impuso sanciones a los rusos por presuntos vínculos con ciberataques.
Los preparativos para una reunión entre Trump y Putin no se verán afectados por las sanciones, aclaró la Casa Blanca.
Rusia responderá
Desde el Kremlin aseguraron que no se quedarán de brazos cruzados a lo que consideran una afrenta desde Norteamérica. “Por supuesto, no dejaremos este ataque actual ni ningún nuevo ataque antirruso sin una respuesta dura”, dijo el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia en un comunicado.
“Antes que todo, nos gustaría recomendar que Washington descarte las ilusiones de que se nos puede hablar en el lenguaje de las sanciones”, concluyeron.
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Referencia red21
