El misil sobrevoló la isla japonesa de Hokkaido y cayó en aguas del Pacífico. La OTAN pide una «respuesta mundial» al «imprudente» lanzamiento
Corea del Norte replicó este jueves a la nueva ronda de sanciones internacionales adoptada por Naciones Unidas hace días con el lanzamiento de un nuevo misil que sobrevoló Japón, la segunda prueba de este tipo que realiza en las últimas tres semanas.
El ejército surcoreano indicó que el cohete alcanzó una altitud de 770 kilómetros y recorrió 3.700 kilómetros, confirmado que Pyongyang puede alcanzar ya la isla norteamericana de Guam, que se encuentra a unos 3.400 kilómetros de la capital norcoreana.
Poco después de las 7 de la mañana, las sirenas de alarma se accionaron una vez más en la isla de Hokkaido, la más norteña de las 4 principales que componen el estado nipón, y los servicios de alerta instaron a los residentes de ese enclave a acudir a los refugios. El proyectil cayó finalmente en el Océano Pacífico a unos 2.200 kilómetros de las costas de Hokkaido.
El portavoz japonés, Yoshihide Suga, afirmó que «estas repetidas provocaciones por parte de Corea del Norte son inadmisibles». Mientras, la OTAN no ha tardado en pedir una «respuesta mundial» al «imprudente» lanzamiento.
Tan sólo horas antes, el jueves, la agencia oficial norcoreana KCNA, había dirigido una virulenta diatriba contra Japón en la que citando al llamado Comité para la Paz entre Corea del Norte y el Pacífico, una institución afín al poder, decía que las «cuatro islas del archipiélago (japonés) deberían ser hundidas en el mar por una bomba nuclear. Japón ya no necesita existir cerca de nosotros».
El proyectil fue disparado desde el aeropuerto internacional de Sunan, el mismo lugar elegido el pasado 29 de agosto, cuando Corea del Norte probó su Hwasong-12.
Aunque el ejército surcoreano y norteamericano dijeron que todavía estaban analizando que tipo de cohete había sido utilizado, la página especializada NK News opinó que podría tratarse de otro Hwasong-12, un arma que constituye la antesala del Hwasong-14, el misil intercontinental (ICBM) que permitiría a Corea del Norte poner bajo el rango de su arsenal nuclear la mayoría del territorio continental de EEUU.
Las autoridades norcoreanas habían advertido que el reforzamiento de los castigos internacionales adoptado el pasado lunes tan sólo serviría para «acelerar» su carrera armamentística.
«Redoblaremos los esfuerzos para aumentar nuestra fuerza con el fin de proteger la soberanía del país y su derecho a la existencia», manifestó el Ministerio de Exteriores norcoreano en un comunicado.
El general norteamericano que controla la fuerza nuclear estadounidense, John Hyten, reconoció este jueves que su país «asume» que la última detonación norcoreana fue en efecto una bomba de Hidrógeno, como había proclamado Pyongyang, lo que incide en el significativo desarrollo que ha alcanzado el programa nuclear y de misiles de Corea del Norte pese a las sanciones que enfrenta por ello.
«No soy un científico nuclear, pero el tamaño (de la explosión) y lo que vimos me indican que fue una bomba de hidrógeno y por ello tengo que encontrar una respuesta adecuada junto con nuestros aliados ante dicho evento», explicó el general John Hyten a un grupo de reporteros que visitó su oficina.
La web especializada 38 North observó hace días que la potencia de ese estallido podría haber alcanzado los 250 kilotones, el doble de lo que inicialmente se había estimado, lo que supondría que se trató de una bomba 17 veces más poderosa que la que asoló Hiroshima en 1945.
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Hyten también reconoció que «es cuestión de tiempo» que Corea del Norte sea capaz de desplegar un ICBM con capacidad nuclear.
Especialmente franco en sus juicios de valor, el militar estadounidense puso en duda que EEUU pueda ser capaz de detener el progreso norcoreano en este sentido, pero sí dejó claro que Washington dispone de el poder de disuasión necesario para convencer a Corea del Norte que cualquier asalto contra su país sería suicida.
Se trata del segundo lanzamiento de un misil por Corea del Norte, a finales de agosto otro proyectil también sobrevoló el norte de Japón. Además, es la primera prueba armamentística desde que el Consejo de Seguridad impuso el pasado lunes al régimen de Kim Jong-un una batería de duras sanciones en respuesta a su sexto y hasta la fecha más potente ensayo nuclear, realizado el pasado 3 de septiembre.