veedores de Derechos Humanos señalan que en la zona veredal en Tibú hay menos hombres de los reportados en principio.

La desmovilización del frente 33 de las Farc, en Norte de Santander, ha dejado algunas inconsistencias en el proceso, según lo han denunciado activistas de Derechos Humanos en el departamento.
Diego Villamizar, integrante de este grupo de defensores, dice que al inicio del proceso se hablaba de unos 650 hombres y mujeres que dejarían las armas y se concentrarían en Caño Indio, Tibú.Sin embargo, cumplida la fase final de los acuerdos y con el inicio de los desplazamientos hasta las zonas previstas por el Gobierno, en esa región del país solo se han reportado 331 exguerrilleros.
El informe, que será enviado a las autoridades correspondientes, indica también que los miembros de las Farc que no se concentraron estarían integrando las filas de grupos como el ELN y el EPL, que operan con intensidad en la subregión del Catatumbo.
«Lo que más curiosidad nos causa es que expertos en explosivos y hasta francotiradores que estaban en los listados hoy no aparecen en los nuevos reportes”, destacó Villamizar.
El informe reza además que, incluso, varias armas que estaban previstas para la entrega no cumplieron el ciclo y que, según labores de inteligencia, ahora están en poder de otras guerrillas.

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