Obispos de Apure (Venezuela) y Arauca sostienen reuniones sobre la situación en la frontera.
La posibilidad de que se desate una crisis humanitaria en Venezuela, que termine afectando el territorio colombiano, es un secreto a voces en ese país y en Colombia.
Por eso algunas autoridades en el país han comenzado a evaluar esta situación, pues aunque graneados, los migrantes venezolanos están pasando la frontera, ya sea en busca de trabajo, de algún pariente lejano o simplemente buscando una posibilidad de subsistencia.
Esto es algo que todos los días se puede palpar en Arauca. Algunos venezolanos pasan por el puente José Antonio Páez, de manera legal. Pero también algunos lo hacen ilegalmente, en especial en botes.
De esta migración lenta pero continua es consciente la Iglesia católica, que no descarta que con el paso de los días esta situación se pueda agravar y en cualquier momento no haya cómo atender a los migrantes.
“Fue una reunión exploratoria, mirando cómo están las cosas, previendo lo que pueda pasar”, dijo monseñor Muñoz, quien señaló que también asistieron representantes de Acnur, la agencia de la ONU para los refugiados.Durante cuatro horas, en la sede de la Diócesis de Arauca, estuvieron analizando la situación que se registra en la frontera ante los problemas económicos y de desabastecimiento que afrontan los venezolanos.
Monseñor González admitió que la situación en su país “se ha convertido en un desafío” y que se ha complicado con las protestas que llevan varios meses.
El obispo venezolano dijo que el encuentro permitió “buscar maneras de apoyarnos en caso de necesidad” pues cada día “se multiplican” las personas que pasan la frontera en busca de medicinas, de atención médica y por otras razones.
Admitió que uno de los “temores” que tiene la Iglesia es que se venga la gente, incluso desde el interior de Venezuela, hacia a la frontera en busca de ayuda.
“Tememos que la gente tenga que venirse en busca de alimentos, que pueda agravarse la situación”, señaló el obispo venezolano.
Los organismos nacionales tienen que estar más pendientes de lo que está pasando en esta frontera
Dijo que si bien todavía no se puede hablar de una crisis humanitaria en la línea fronteriza, sí se están juntando muchas dificultades, como escasez de alimentos, que están afectando la vida de los venezolanos.
“Haremos nuevas reuniones para ver cómo se desarrolla la situación. Por ahora estamos integrando fuerzas en razón de coyunturas que pudieran agudizarse en el tiempo”, advirtió.
De acuerdo con él, en Venezuela, no solo en las poblaciones del centro del país, sino en la de frontera, “cada vez” son más limitados los alimentos, las medicinas y el combustible.
A su turno, el obispo de Arauca explicó que la reunión con su par apureño fue de carácter exploratorio, “mirando cómo están las cosas”. Sin embargo, dijo que se necesita que el Gobierno Nacional esté más pendiente de la situación que se está viviendo en la frontera con los migrantes.
“Hay que hacer algo, hay que prever. Es gente que está llena con hambre, con necesidad de comida”, dijo monseñor Muñoz.
Explicó que en Arauca no hay cómo atender la eventualidad de que lleguen muchas personas pidiendo apoyo y que, por ahora, a través de Pastoral Social se dan algunas ayudas, pero “eso es una gota de agua en medio del desierto”.
Para el obispo de Arauca, “los organismos nacionales tienen que estar más pendientes de lo que está pasando en esta frontera”.
La prevención de los obispos en la frontera de Arauca no es gratuita. El Gobierno colombiano de manera muy discreta ha estado revisando la situación con los migrantes venezolanos.
En Bogotá son conscientes de que una eventual crisis humanitaria en el vecino país sería muy delicada, no solo por la llegada masiva de personas sino porque la atención se complicaría.
Carlos Eduardo Pinilla, secretario de Gobierno de Arauca, dijo que en promedio cada día de manera legal pasan a Arauca unas 3.000 personas residentes en Venezuela. En su mayoría se regresan el mismo día.
Según él, esa cifra se duplica los fines de semana y agregó que casi todos vienen a comprar mercado.
Pinilla contó que han tenido varias reuniones con el Gobierno Nacional analizando la situación, en las que se planteado la posible llegada masiva desde Venezuela.
“No tenemos como atender una migración masiva”, dijo. Para el funcionario está claro que en ese caso no solo serán venezolanos, sino que también arribarían muchos colombianos que llevan años residiendo en el país vecino.
“Actualmente nos llegan familias colombianas con hijos nacidos en Venezuela y tenemos que priorizar es a los colombianos, algo que no es fácil”, dijo.
‘Estamos en alerta’
Xiomara Sánchez, personera de Arauca, admitió que “está llegando muchísima” gente desde Venezuela, incluidos colombianos que llevaban un buen tiempo viviendo allí.
Según ella, no es fácil dar una cifra sobre los migrantes, pues una importante cantidad de ellos pasa por el río Arauca y no quedan registrados.
“Hemos realizado reuniones entre las autoridades locales, pues está el temor de un desplazamiento masivo y no existen mecanismos para atender esa eventualidad”, dijo.
Agregó que “estamos en alerta en ese tema” y dijo que Acnur y el Consejo Noruego viven muy pendientes del tema.
Cortesía: El tiempo