Conozca algunas enfermedades causadas por el estrés

Si el estrés forma parte de tu vida, te invitamos a leer el siguiente contenido sobre algunas de las enfermedades causadas por el estrés debido a las respuestas emocionales, fisiológicas y endocrinas que se dan en el organismo. Estas respuestas pueden tener efectos negativos en nuestra salud, tanto mental como física.

Aunque es difícil deshacerse por completo del estrés, lo ideal es aprender a controlarlo. Los problemas diarios, la rutina acelerada y el estilo de vida tan ajetreado que llevamos provocan que vivamos en una constante tensión emocional.

Las enfermedades más comunes son:

Amenorrea

Los trastornos menstruales también pueden ser consecuencia. En los casos más serios puede presentarse amenorrea, que es la ausencia total de la menstruación (sin que exista embarazo o alguna enfermedad previa).

Dermatitis

La inflamación de la piel es uno de los problemas más comunes ocasionados por el estrés. También las ronchas, descamación, resequedad, picazón, cambios de color y escozor.

Migraña

Si constantemente sufres de dolores de cabeza, quizá debas revisar qué tan ajetreado vives. La migraña y la rigidez del cuerpo (que se refleja en dolores de espalda y extremidades) es una de las consecuencias de permanecer en tensión nerviosa.

Hipertensión arterial

Tener la presión alta puede acarrear otros problemas como enfermedades cardiovasculares, daños en el sistema nervioso central y en los riñones. El constante estrés, acompañado de malos hábitos alimenticios y sedentarismo, puede dar lugar a la hipertensión.

Miopía

Los problemas de visión también pueden ir apareciendo si tratas de leer u observar cosas cuando estas estresado. Pasas muy rápido lo que vas a leer y la vista se cansa, así se puede empezar a dañar.

Trastornos físicos relacionados con el estrés:

Trastornos endocrinos

La hiperfunción del sistema endocrino puede acabar causando diabetes de tipo II (producida por el aumento sistemático de glucosa en la sangre) y, en los casos más graves, pueden acabar llevando a la persona a la obesidad.

Trastornos gastrointestinales

El aumento de las secreciones de jugos gástricos puede provocar úlceras en el estómago, problemas digestivos, náuseas, diarreas, dolor abdominal e incluso un trastorno denominado síndrome del colón/intestino irritable.

Trastornos respiratorios

El estrés sostenido hace que tengamos una mayor probabilidad de sufrir alergias, apnea del sueño (cortes en la respiración mientras se está durmiendo que disminuyen la calidad del sueño) y asma.

Trastornos inmunológicos

Las defensas bajan si la situación estresante perdura en el tiempo, por lo tanto, es más probable contraer enfermedades infecciosas.

Problemas de crecimiento

La altura que alcanzaremos en nuestra adultez viene predeterminada genéticamente, pero en nuestros genes no hay una cifra exacta si no un intervalo dentro del cual podrá estar nuestra altura. La altura que alcancemos, dentro de ese intervalo, depende de factores ambientales y uno de ellos es el estrés. Se ha comprobado que los adultos que sufrieron estrés durante su infancia no llegan a la altura máxima de su intervalo.

Enfermedades psicológicas causadas por el estrés

La depresión

Se ha comprobado que el este trastorno es más frecuente en las personas que han sufrido estrés crónico.

Trastornos de ansiedad

Las personas que sufren mucho estrés en su vida cotidiana tienen una mayor probabilidad de sufrir trastornos de ansiedad porque se activan demasiado ante situaciones estresantes por el proceso de aprendizaje diabólico.

El dolor crónico

Algunos estudios han demostrado que el estrés crónico produce hiperalgesia (sensibilidad excesiva al dolor) en los órganos internos y el sistema somatosensorial y, por lo tanto, es más probable sufrir dolor crónico.

Los trastornos de la conducta sexual

Niveles altos de estrés pueden provocar un trastorno de la conducta sexual denominado Trastorno del Deseo Sexual Hipoactivo. Este trastorno es más frecuente en mujeres y conlleva la pérdida progresiva del deseo sexual.

Los trastornos del sueño

Es frecuente que las personas que sufren niveles altos de estrés desarrollen trastornos del sueño como el insomnio. Además, en un estudio reciente, se ha demostrado que las maneras que tienen de afrontar el estrés este tipo de personas son poco eficientes.

Trastornos de la conducta alimentaria.

Este trastorno se caracteriza por los episodios de ingesta compulsiva (atracones), es decir la persona come una cantidad de comida excesiva durante muy poco tiempo y tiene una sensación de pérdida de control sobre lo que está haciendo.

El alzheimer

Hay estudios que demuestran que el estrés produce un envejecimiento prematuro de áreas claves del cerebro, como el hipotálamo, y, por lo tanto, aumenta las probabilidades de desarrollar la Enfermedad de Alzheimer.

 

Muchas veces el estrés no se puede evitar. Hagamos lo que hagamos, terminarán apareciendo situaciones en las que la presión del contexto en el que vivimos nos haga flojear. Pero la solución no es tolerarlo a la espera de que la situación mejore, sino aprender a enfrentarse a él sin que la salud se resienta. Para ello te conviene:

Descubrir si tienes una personalidad propensa a sufrirlo y saber reconocer los síntomas que te alertan de que, aunque no te des cuenta, el estrés te está pasando factura.

Poner en práctica técnicas y hábitos que te ayuden a alejarlo o a soportarlo mejor. En definitiva, que te hagan más fuerte. Delegar tareas y practicar ejercicios de relajación son dos estrategias útiles para ello.

 

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Referencia: Milenio / Lifeder / Saber vivir / Jennifer Dávila

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